GOLDEN VALLEY, MN
Debemos admitir sin temor a equivocarnos que atrás quedaron los años en que se creía que aprender dos idiomas desde muy pequeños causaba confusión y retraso en el habla.
Hoy innumerables investigaciones nos demuestran que la crianza de niños bilingües estimula la formacion lingüistica e intelectual, la creatividad para resolver problemas complejos, la capacidad para pensar en forma flexible encontrando distintas soluciones a un mismo problema; aumenta la capacidad multitarea y mejora la atención selectiva.
Si la pregunta es: qué tan temprano debemos introducirles a los niños un segundo idioma? La respuesta es: inmediatamente. Desde los primeros días de vida todos los bebés pueden diferenciar varios idiomas, especialmente sin son diferentes como el inglés y el árabe. A partir de los 6 meses adquieren la capacidad de diferenciarlos aún cuando son similares. De los 2 a los 7 años son capaces de procesar los idiomas en canales paralelos, es decir, desarrollan un segundo sistema de lenguaje junto al primero, sin diferenciar cuál es la lengua materna. El ultimo período para el aprendizaje se encuentra entre los 10 y 13 años, después de esta edad los idiomas se almacenan en una zona diferente del cerebro, por lo que a partir de allí, los niños tienen que traducir o usar su lengua materna como canal para llegar a ese nuevo idioma.
Existen evidentes diferencias estructurales en la composición del cerebro entre las personas bilingües a temprana edad y las expuestas a un segundo idioma en etapa tardía. Las primeras muestran un aumento de materia gris en el hemisferio izquierdo y allí es en donde se activan cada uno de los idiomas al hablar. Las personas expuestas tardíamente a una segunda lengua la activan en zonas distintas. Podríamos decir entonces que los bilingües precoces no traducen ni necesitan una lengua para funcionar con la otra. Se activan de manera independiente e inconscientemente.
Es importante hacer notar que para que una lengua se desarrolle como nativa se debe tener el 20% de actividad comunicativa al día, estímulos personales e interactivos. Tampoco olvidemos que los idiomas se aprenden a base de diálogo, de preguntas y respuestas, de prueba y autocorrección.
Debo concluir que a pesar de los mitos que rodean el aprendizaje de dos idiomas simultáneos en los primeros años de vida, la experiencia de haber criado dos hijos bilingües me lleva a afirmar que lejos de una confusa experiencia, los proyecta a encontrar diversas oportunidades en el futuro como ser más competitivos en el mercado laboral, de conectar con familiares que no dominan otro idioma, les enriquece su identidad en un mundo multicultural invitándolos a interesarse por sus orígenes, música y hasta la gastronomía