SAINT PAUL, MN

Se trata de una práctica culturalmente desarrollada en diversas partes del mundo, y que ha sido trasplantada cuando se han dado movimientos migratorios. La mutilación genital femenina ha sido ampliamente cuestionada y condenada igualmente en foros mundiales. Y en el estado de Minnesota, se ha propuesto la aprobación de una ley que impondría penalidades a los padres que practiquen dicha mutilación entre las mujeres pequeñas en sus familias.

La iniciativa de ley ha pasado casi silenciosa, hasta hace poco sin publicidad alguna, y en forma virtualmente unánime. Antesalistas legales han logrado generar consenso en torno a la idea de frenar esa práctica entre quienes viven en el estado. E incluso se han planteado previsiones para evitar la implementación de fuertes reprimendas y castigos para recién llegados, inmigrantes y refugiados, quienes hayan practicado la mutilación fuera de los Estados Unidos.

Sin embargo, en los últimos días ha surgido una corriente crítica a la iniciativa de ley. Si bien la práctica es ilegal desde 1990 en el estado, la propuesta presentada y discutida en el congreso establece que la práctica misma es un crimen, y plantea la imposición de castigos severos para quienes lo practiquen.

Quienes han apoyado la iniciativa han expresado la necesidad de detener una práctica inhumana y dolorosa para las mujeres, y que ha tenido consecuencias que van mucho más allá del hecho mismo.

Entre los argumentos presentados, se ha establecido que el proceso ha debido revertirse a fin de garantizar que quienes lo sufrieron puedan desarrollar una vida normal.

Hoy se han expresado argumentos que indican que tales eventos exponen a las víctimas a una segunda condición incómoda, siendo de nuevo víctimas. Y no solo por cuanto al procedimiento quirúrgico, sino que las pequeñas que han padecido mutilación, han de ser expuestas públicamente cuando se denuncie el caso a las autoridades, provocando así un nuevo escarnio a ellas y as sus familias.

Para las familias inmigrantes, el caso puede ser aún más complicado, habida cuenta que la práctica de mutilaciones está enraizado profundamente en sus países.

Así mismo, esta ley puede ser utilizada para estigmatizar aún más a las comunidades inmigrantes, y con ello ofrecer mayores argumentos a quienes han mostrado actitudes anti-migratorias, con base a identidad cultural o religiosa.

Aún más, en caso de que se compruebe la condición culposa de los padres, la menor afectada habrá de ser alejada de la familia y asignada a una familia temporal (Foster), a fin de que se le cuide.

Algunas líderes han solicitado, por lo mismo, que se introduzcan algunas reformas a la iniciativa de ley, de tal forma que no se lleve a cabo la separación de las familias, y que se ponga énfasis en la educación que podría transformar la práctica. Del mismo modo, habría que educar a la población en general, a fin de evitar que se asocie la misma con la comunidad Somalí en Minnesota, ya que, asegura Fartun Weli la directora de ISUROON, son muchas otras las culturas que practican la mutilación femenina además.

El objetivo debe ser la protección de las mujeres, más no a costa de dañar una comunidad entera.