SAINT PAUL, MN
Son ya muchos años en que la comunidad inmigrante en Minnesota ha mirado, como una propuesta por demás justa y necesaria que se ha quedado a sólo un paso de ser aprobada.
En el asunto de las licencias de manejo para los inmigrantes, junto con la falta de voluntad política de quienes pueden o no aprobar esta propuesta, ha faltado el lado humanista, el sentir como propio el problema que implica tener que manejar sin una licencia de manejo.
• El no contar con este importante documento, es un asunto de carácter humanitario. La licencia de conducir es una necesidad básica de toda persona que trabaja y que por consiguiente es un elemento importante que contribuye a la economía en Minnesota. Es la necesidad más elemental del inmigrante, para poder movilizarse de un lugar a otro, ir a lavar la ropa, ir por la comida y llevar el sustento a sus hijos, llevar a los hijos a la escuela o al hospital, entre una interminable lista de actividades.
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Los inmigrantes somos parte de la sociedad estadounidense, estamos entremezclados con quienes son ciudadanos, somos vecinos de una amplia comunidad multicultural y multiracial, nuestros hijos comparten las mismas escuelas y maestros junto con blancos, negros estadounidenses y africanos, asiáticos y latinoamericanos; somos amigos de familiares de minnesotanos, vamos de compras a muchas de las mismas tiendas y, en muchos de los casos, compartimos los mismos trabajos.
• En el lado económico, el que los inmigrantes podamos contar con una licencia de manejo, significará que las aseguradoras puedan vender más seguros, quienes venden automóviles, por consecuencia lógica verán aumentados sus ingresos, negocios como gasolineras, tiendas de todos los niveles y categorías, saldrán ganando. El inmigrante es una fuente importante en la generación de recursos en la economía de Minnesota, empezando por lo que sería el costo para poder tramitar la licencia de manejo.
• El que los inmigrantes en Minnesota no tengamos una licencia para conducir, implica también un problema de segregación social y racial, un padre o madre de familia que no puede llevar a su hijo a la escuela, significa bajo rendimiento escolar para el niño o niña, lo que más tarde formará parte de las nada gratas estadísticas de deserción escolar. Es segregación racial y social, porque con la falta de licencia de manejo, se condena al inmigrante a conducir al margen de la ley, o sea, también es un problema de marginación.
Los inmigrantes conducimos sin una licencia de manejo, no por gusto, lo hacemos por la más elemental necesidad de sobrevivencia.
En conclusión, el que el gobierno de Minnesota apruebe la licencia de manejo para la comunidad inmigrante, será mostrar respeto a los habitantes en este estado, el mensaje que estarían enviando, no es el que nos están haciendo un favor a los inmigrantes, el mensaje sería de que Minnesota y su gobierno, son profundamente generosos y progresistas.
En quienes aprueban leyes y propuestas en Minnesota, está honrar la tradición liberal que siempre les ha distinguido.
En Solidaridad,
Coalición 1º de Mayo, Ciudades Gemelas.
