SAINT PAUL, MN
Hemos pasado por uno más de los períodos de mayores festividades, una tras otra. Hemos hecho aquí el recuento, que para muchos se llama el “Puente Guadalupe-Reyes.” Y algunos de nuestros lectores dirán entonces que aún falta precisamente el festejo de Día de Reyes. Ah, pero eso será en domingo, por lo que de hecho o tendría que haber afectación a la vuelta a la normalidad después de las fiestas.
En una famosa canción de John Meyer, la letra pide a la amada que se quede con el interfecto, “hasta después de las fiestas.” Y es que quien canta, no desea pasar en soledad esas fechas navideñas y de fin de año, pues siente que estando solo, el dolor de verla partir es más profundo. En síntesis, la canción subraya la nostalgia que acompaña a estas fiestas, a las que siguen, invariablemente, un tiempo de “normalidad”. Ese tiempo en el que todo lo que habría quedado temporalmente en pausa, habrá que retomarlo. Como, en la canción “Till After the holidays,” la partida inminente de la amada.
La interpretación de Judy Garland es también digna de mencionarse, pues el énfasis en la letra es puesta en la invitación a que el hombre amado parta hasta después de las fiestas, pues es durante el tiempo de ellas en las que se le necesita más. “No me hagas pasar estas navidades sola/después de todo es una maravillosa navidad/ Debes ser amable, hacerme creer/Tú te quedarás hasta el año nuevo. Tan solo quédate conmigo hasta después de las fiestas… después de ellas, nos podremos decir adiós.”
Y ahora es tiempo de decir adiós a esos días de deliciosas degustaciones, de las que acaso aún podremos disfrutar el recalentado. Es tiempo de decir adiós a esos días en los que frenéticamente asistimos a los centros comerciales a buscar el regalo apropiado para quienes teníamos en nuestras listas. Es ese tiempo de volver a la cotidianidad interrumpida, para retomar nuestros deberes cotidianos. Esos que nos hacen esperar con ansia el próximo período de fiestas, y que sin duda nos permiten sobrevivir con estoicismo con la responsabilidad del trabajo, de la cotidiana limpieza de nuestra casa, de las carreras para llevar a nuestros hijos al colegio, de las tareas que tenemos que cumplir en la escuela y en la casa, de las desveladas para lograr finalizar nuestros ensayos o reportes, a fin de mantener nuestro promedio en la universidad…
Es tiempo también de que nos dirijamos de nueva cuenta a las tiendas, de donde provienen los regalos que recibimos, y que no fueron los que esperábamos, a retornarlos, o a cambiarlos por alguno más dentro de nuestros gustos o necesidades. El mismo tiempo de finalmente completar la limpieza de nuestras casas luego de la celebración de año nuevo. Y luego, de volver nuestra mirada a ese arbolito de navidad que tanto trabajo nos costó poner en pie bellamente adornado, para volver las decoraciones a esas cajas que guardarán de ellas hasta la próxima temporada.
Nos queda tan solo este fin de semana, y volver a la normalidad implica también el poner nuestra atención a la vuelta a la normalidad de otras y otros que, como nosotros, tomaron este período para descansar por un tiempo. Entre los más importantes, están los legisladores, nuestros representantes, que tendrán, desde ahora, la obligación de dar respuesta a nuestras inquietudes, a nuestros problemas, con la esperanza de que los veamos resueltos. En materia educativa, en materia de impuestos, en lo concerniente a la reforma migratoria, la aplicación de la acción ejecutiva, y en tantos y tantos otros asuntos, la normalidad a la que volvemos estará repleta de discusiones y decisiones que habrán de transformar nuestra cotidianidad en gran medida, y de las que estaremos informando para ustedes en este medio.