SAINT PAUL, MN
Cuando uno piensa en la labor legislativa, uno siempre piensa en las discusiones que tienen lugar en las diversas salas del capitolio. Más adelante nos enteramos de que muchas de dichas discusiones toman lugar tras bambalinas, con legisladores reuniéndose en sitios inesperados, e impensables. En ocasiones incluso estableciendo diálogos vía telefónica mientras uno está en Washington, y el otro en una cabaña al norte del estado.
Algo que pocos reconocemos, es la labor que desarrollan los lobistas. Aquellas personas que llevan la voz de sus representados al congreso, en muchas ocasiones presentando iniciativas de ley, y en tantas otras negociando directamente con los legisladores y a quienes ellos representan. Ello, sin duda, requiere de una gran inversión de tiempo, en muchas ocasiones sin parar incluso, y renunciando a cualquier otra vida fuera de las oficinas de gobierno.
Pero ello también supone la inversión monetaria. A lo largo de este último ciclo legislativo, se estima que se invirtieron cerca de $70 millones de dólares a fin de influir en la toma de decisiones en el cuerpo legislativo, en el período pasado. Esta información se deriva del reporte sobre las finanzas de campaña y la oficina de conocimiento público de Minnesota. Y pareciera que la tendencia se mantiene a lo largo del presente año.
En concreto en materia de gastos por lobistas durante el ejercicio del 2014, se gastaron $64,416,383 dólares con el fin de ejercer alguna influencia en el trabajo de los legisladores, según se desprende del reporte. Dicha cifra cobra relevancia cuando se distribuye dicho gasto entre el bloque de legisladores en función, lo que significaría un gasto en trabajo de trabajo de la antesala legislativa supone una inversión promedio de $320,479 dólares por cada legislador, es decir más de 10 veces el salario promedio entre los mismos legisladores, que asciende a$31,140 dólares de salario anual.
“Contamos con un número extraordinario de lobistas que gastas un increíble monto de dinero buscando lograr algo,” comentó David Shultz, profesor de Derecho en la Universidad de Hamline, quien ha estudiado las tendencias que se dan entre lobistas en el Capitolio estatal. “Lo que este trabajo de antesala hace es el garantizar acceso. Y no tan solo acceso, sino que incluso acceso en repetidas ocasiones [a la legislatura].”
Hasta el momento, el gasto realizado en el 2015 no ha sido revelado. Sin embargo, ha sido posible conocer que Educación Minnesota, sindicato de maestros, gastó $565,763 dólares en dicho trabajo de antesala, con comerciales de televisión incluidos, según se desprende de los reportes públicos de la Oficina de Finanzas de Campaña. Asimismo han sido casi $6 millones de dólares los invertidos por compañías dedicadas a tuberías, electricidad, y giros semejantes, directamente con la Comisión de Servicios Públicos de la legislatura.
Los tres grupos de negocios más grandes en el estado (incluidos la Cámara de Comercio de Minnesota, la Asociación de Negocios de Minnesota y la Coalición de Negocios de Minnesota) sumaron un gasto de $528,502 dólares por el mismo concepto. Shultz sostiene que todo ese dinero otorga a los 1,427 lobistas del estado una gran ventaja de negociación en la legislatura.
“Contrario al ciudadano común, que no pasa el día entero en el Capitolio, quien no está escribiendo cartas todo el día, ni se encuentra cara a cara con los legisladores comentándole lo que él piensa de la legislación, un lobista está ahí constantemente,” dijo Shultz.