MINNEAPOLIS, MN
Cuando el neoliberalismo destruyó sus sueños, millones de mexicanos irían emigrando en masa, principalmente hacia Estados Unidos (EEUU).
Al mismo tiempo, conforme los mexicanos van saliendo de su patria y empiezan a trabajar en el Norte, será por medio de las remesas que, por decenas de años, ayudarán a los gobiernos neoliberales a verse un poquito menos incompetentes. Ya que, ante los ojos de una población que si bien fue acumulando resentimientos por más de treinta años hacia dichos gobiernos, las remesas contribuían a aminorar el enojo de muchos, en otras palabras, ayudaban a calmar en cierta medida el hartazgo colectivo.
En México los migrantes hicieron más por el pueblo que los desgobiernos de Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña. Los migrantes, por un largo periodo, hicieron lo que los corruptos gobiernos nunca hacían, aportar económicamente y sin esperar nada a cambio al bienestar de millones de familias mexicanas.
También, históricamente, los migrantes mexicanos han contado con una participación directa en la vida cultural y social de México, incluso, una participación en la vida política del país. Tanto así que el migrante puso su aportación para llevar a Andrés Manuel López Obrador (AMLO) a la presidencia en 2018, ya que los mexicanos desde fuera de México, principalmente en EEUU, votaron abrumadoramente a favor del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y de AMLO.
En lo general, los mexicanos son duros de asimilarse a la cultura estadounidense, y esa es solo una razón por la que el conservadurismo en EEUU los critica constantemente. Y es que los migrantes cargan siempre su cultura con mucho orgullo. No solo eso sino que la promueven y ayudan a hacerla más visible para el mundo.
En efecto, el migrante se mantiene al tanto de lo que pasa en su país. Sí, los migrantes también ven telenovelas, se mueven en redes sociales, ven y leen las noticias nacionales y mantienen vivas sus tradiciones.
Es indiscutible, el migrante hace su gran aportación a la economía de México y, en buena medida y entre otras muchas aportaciones, le da de comer a los estadounidenses. Fieles siempre a su cultura, porque sin su mexicanidad no serían nada.
Y hablando de las remesas, éstas solo dejarán de fluir el día en que el migrante se olvide de sus raíces, o sea, eso jamás sucederá.
Marco I. Dávila C.