MINNEAPOLIS, MN
Como parte de un grupo complejo, cada sociedad busca establecer e identificar signos que nos hagan diferentes de otras sociedades. Progreso, modas, desarrollo urbano, productividad, signos de modernidad o de tradición. Más allá de esas formas de posicionarnos como parte de un grupo que tenga algo en común, que resulte único, existe también la idea de diferenciar grupos generacionales. Dichas generaciones o grupos de personas, se diferencian una de otra a partir de eventos significativos, o bien series de eventos.
En los Estados Unidos, y otras naciones del hemisferio occidental (¡ah! Otra forma de diferenciar grupos sociales: occidente, oriente, nórdicos…) la segunda guerra mundial estableció un corte generacional significativo, como consecuencia de la caída del número de nacimientos previo al conflicto. Durante el mismo, y con mayor fuerza al finalizar la guerra, un aparente deseo por recuperar el ritmo de crecimiento poblacional dio cabida a lo que hoy conocemos como la Generación de Baby Boom (crecer es poblar; manos para el trabajo y la reconstrucción). Las familias de ese período pasaron a ser por norma numerosas. La cultura que esta generación, de los nacidos entre 1940 y 1960 (por usar uno de los múltiples rangos que para ella se han establecido) se centraba en el desarrollo de signos de crecimiento y desarrollo. Entre otros, la admiración por los automóviles: el Corvette, el Camaro, Malibu, el convertible… y por tanto, por las carreteras y grandes vías.
Los Estados Unidos se ha caracterizado por las imágenes que esta generación ha regalado al mundo, cuando los arquitectos de la misma generación baby boom construyeron los rascacielos enormes, los magníficos puentes, etc. La dependencia con el automóvil se hizo evidente en el país, a fin de circular en autos espectaculares, funcionales o efectivos.
A la generación de la posguerra le siguieron sus hijos, quienes han nacido entre 1961 y 1980, quienes conforman la generación X. Una generación que no ha sido acompañada por eventos notables en la historia de occidente, y que por tanto era difícil de caracterizar. Después, en la lista, sigue lo que se habría inicialmente identificado como generación Y, pero que pronto pasó a ser la generación del nuevo milenio. La que alcanza su plenitud con la llegada del nuevo siglo, y el año 2000. Esa generación nacida entre 1981 (o un par de años antes incluso) y 1994/2000 (los expertos aun no deciden el corte).
Esta nueva generación, conocida como Generación Milenio (o Milenniums o incluso Milennials, en inglés) ha propuesto una nueva forma de concebir al mundo. Entre otras cosas, la adoración por el automóvil no les caracteriza, y antes bien, como reporta el diario Star Tribune el pasado domingo, prefieren movilizarse a pie o bien en sus bicicletas, o incluso en transporte colectivo. La mayoría de ellos incluso han decidido ni pensar en comprar un auto, y antes bien promueven nuevas firmas de autos compartidos y promueven el uso colectivo de los mismos. Esta generación se presenta en sus lugares de trabajo con actitudes no vistas entre las generaciones previas, incluyendo formas de vestir y de interactuar con jefes y compañeros de trabajo.
Para algunos especialistas, esta generación está cambiando significativamente el sentido de la sociedad, como una comunidad más igualitaria, compartida y consciente de los grandes problemas que afectan al mundo entero. Son mucho más diversos en los Estados Unidos y aprovechan los avances tecnológicos al máximo. Y se prevé que incluso logren cambiar las características que hoy tienen las ciudades en el norte de América. Acaso los planeadores urbanos (muchos de ellos miembros de la misma generación milenio) piensan que será necesario desarrollar mejores vías para el uso de bicicletas, más seguras áreas para los caminantes y un más eficaz servicio de transporte público.
En las Ciudades Gemelas, con la llegada de la línea verde del Tren Ligero, se ha evidenciado lo que esta generación estaba esperando: son ellos los que suman el mayor número de usuarios del transporte colectivo, conmutando de Minneapolis a St. Paul y aprovechando que pueden también acompañarse de sus vehículos en dos ruedas. El futuro de nuestras ciudades se ve en proceso: más vías o espacios abiertos para ciclistas, nuevos proyectos verdes, adición de rutas de autobuses. Acaso en un futuro no muy lejano veamos calles menos saturadas de automóviles, y un mayor número de vías para quienes comparten el tiempo en el auto.
Veamos qué pasa, entretanto, y valdrá la pena preguntarse qué pasará con la subsecuente generación, la generación Z, o generación Digital (los nacidos entre el año 2000 y 2013…)
