MINNEAPOLIS, MN
El índice de precios al consumo subió un 0,4 % en agosto, después de un incremento del 0,6 % el mes anterior, llevando al 1,3 % la inflación interanual, como resultado de una reactivación de la demanda tras meses de cautela por la pandemia de COVID-19.
El informe de la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) indicó que, si excluyen los precios de combustibles y alimentos, que son los más volátiles, la inflación subyacente el mes pasado fue del 0,4 % para un incremento del 1,7 % en los últimos doce meses. El mes de julio la inflación subyacente interanual se había ubicado en el 1,6 %.
La inflación en Estados Unidos ha venido acelerándose desde que en mayo, con un 0,1 %, marcó su nivel más bajo en cuatro años y medio, como reflejo de un incremento en la demanda a medida que se han relajado las restricciones por causa de la pandemia de COVID-19.
La pandemia ha impactado fuertemente la economía de Estados Unidos, el país más afectado del mundo que llegó este viernes 6,3 millones de casos y más de 193.000 muertes.
Al tiempo que la Reserva Federal continuó con su política monetaria de tasas de interés en niveles históricamente bajos, los aumentos de precios resultaron de una reapertura de la actividad económica cuando tanto los consumidores como los negocios encontraron formas de sobrevivir a la pandemia.
La Reserva Federal, en reconocimiento de que la inflación se ha mantenido por debajo de su meta del 2 % durante varios años, modificó recientemente sus normas de política dejando a un lado el tradicional incremento de las tasas de interés para contener la inflación.
La Oficina de Estadísticas Laborales indicó que el aumento mensual en agosto fue generalizado, y que el 49 % de esta subida se debió a un incremento agudo en los precios de automóviles y camionetas usados, con contribuciones en los precios de gasolina, vivienda, recreación y equipamiento del hogar.
Los precios de la energía subieron un 0,9 % en agosto y los de la gasolina se incrementaron un 2 %, en tanto que el coste de los alimentos, que habían bajado en julio, subieron en agosto un 0,9 %.
Los precios de la vestimenta subieron en agosto un 0,6 %, los del cuidado de la salud un 0,1 % y los de comida afuera de la casa un 0,3 % según el informe gubernamental.
La actividad económica de Estados Unidos se contrajo a un ritmo anual del 31,7 % en el segundo trimestre del año, equivalente a un 9,1 % respecto al trimestre anterior, una cifra ligeramente mejor que lo que se había calculado inicialmente, como resultado de la pandemia, según informó la semana pasada la Oficina de Análisis Económico (BEA).
Por su parte, también el mercado laboral ha mostrado una mejoría, con un índice de desempleo que bajó del 10,5 % en julio al 8,4 % en agosto, dejando atrás el paro del 14,4 % registrado en abril.
En marzo, el Gobierno y el Congreso de EE.UU. aprobaron un paquete de estímulo económico de 2,2 billones de dólares, el mayor de la historia moderna del país, con el objetivo de contrarrestar los efectos de la pandemia del coronavirus, pero la gravedad de la situación ha demostrado que fue insuficiente.
Ese primer paquete de estímulo fue el triple del puesto en práctica en 2008 tras el estallido de la crisis financiera, que ascendió a 700.000 millones de dólares, pero el Gobierno y los legisladores no se han puesto de acuerdo aún en un segundo paquete de estímulo, que los republicanos valoraron en 1 billón de dólares, muy por debajo del plan demócrata, estimado en 3 billones de dólares y que fue rechazado por los conservadores.
Aunque no precisó el monto de la nueva propuesta, el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, anunció este martes un nuevo paquete de estímulo para paliar los efectos en la economía de la pandemia de la COVID-19, centrado en los asuntos más urgentes de atención sanitaria, educación y de economía.