CIUDAD DE MEXICO, MEX
La legalización del consumo de marihuana para fines recreativos es aún un asunto candente en México.
Y hoy, en el marco del proceso electoral, el asunto cobra dimensiones políticas. Sin embargo, por mucho tiempo el consumo recreativo de la marihuana ha sido una práctica tolerada, en tanto que cualquier persona podría portar hasta 200 gramos del estimulante, para poder evitar ser remitido a las autoridades.
Hace muy poco, en el campus de la Universidad Nacional Autónoma de México, un evento de violencia, que involucró, aparentemente, a dos distribuidores de estupefacientes, poniendo en evidencia que dentro de la máxima casa de estudios del país existe un mercado para esos productos.
Las transacciones de marihuana por dinero, ciertamente, son numerosas, y en particular en la Ciudad de México, donde un buen segmento de la clase media urbana consume diversas calidades de marihuana. Resaltan los casos de las colonias que atraen a jóvenes profesionistas, equivalente a los milenios de los Estados Unidos, y que cuentan con un alto poder adquisitivo.
Destaca también que en esas zonas sea posible hoy adquirir variaciones de marihuana de muy alta calidad, y que dicho producto hoy compite con lo que se vendía ahí tradicionalmente. Se trata de las variaciones Kush, Silver Haze y Gypsy Widow, que se promueven como nuevas “marcas” de marihuana, y que corresponden a lo producido en estados como Colorado, en los Estados Unidos, donde la producción y distribución del estupefaciente es legal y completamente permitido.
En otras palabras, la marihuana de alta calidad que se produce en el norte del continente, y que se hace de forma regulada, se ha internado en México en busca de un consumidor afluente, y conocedor. Gente que accede a la información sobre el producto, vía internet, y que adquiere este nuevo producto a costos que sobrepasan con creces lo que se vende en la misma zona desde hace mucho tiempo.
Los movimientos de introducción de marihuana desde los Estados Unidos a México son novedosos, y poco o nada se ha hecho aún para frenarlo. En este sentido, el consumo de Kush en México, puede obedecer a la moda de consumo que se ha desatado en aquellos estados donde la droga es legal, y donde los productores buscan expandir mercados. Un flujo en contrasentido, y que, a diferencia del originado en México y que llega a los Estados Unidos, se destina al consumidor de clase media, media alta y alta. Son ellos quienes pueden contar con la capacidad de consumo, y en ocasiones debido a haber experimentado en un viaje reciente o no tanto.
Hierba “Premium” que llega a México, y que se vuelve casi instantáneamente en un producto para la clase media y alta, generando una nueva situación, para la que las autoridades mexicanas no se encentran preparadas para enfrentar, y que supone una condición singular. Hoy, el Kush, el Silver Haze y el Gypsy Widow, son variaciones de marihuana que pueden consumirse tanto en Denver, como en Seattle, o bien en las colonias Roma o Condesa de la Ciudad de México.
Un tráfico de droga que revierte la tendencia tradicional, y que abre nuevos retos en el manejo del tráfico ilegal de esta droga. Un momento en el que los candidatos y sus equipos de campaña deberán considerar como parte del discurso, y ofrecer soluciones.
