SPRING LAKE PARK, MN
Es ya largo el tiempo en el que hemos escuchado que Medtronic, el ícono empresarial de Minnesota, se encuentra en el ojo del huracán. Toco comienza desde el momento en que se anunció que le gigante minnesotano adquiriría en compra la firma Covidien, compañía que produce artículos médicos irlandesa. El anuncio generó una serie de especulaciones sobre la intención de Medtronic de llevar sus plantas a Irlanda, y por tanto dejar a miles de empleados sin sus fuentes de ingreso.
Un largo proceso legal ha sido observado con detenimiento, en el que se incluye una demanda legal en contra de que la empresa cubra los impuestos de sus altos funcionarios. Y, tan solo hace un par de días, La Junta de Inversión del estado de Minnesota votó en contra de la operación de compra-venta de Covidien. Incluso, como probablemente recordarán nuestros lectores, Covidien hubo que diversificar la venta de sus departamentos, a fin de evitar que Medtronic monopolizara la generación de instrumentos y aditamentos médicos de alta especialización. La decisión parecía allanar el camino.
Más sin embargo, la promesa de que con la transacción se agregarían 1,000 nuevos empleos en Minnesota no fue suficiente para persuadir a la Junta Estatal de Inversión de apoyar la transacción. El pasado viernes, cuatro miembros de la Junta decidieron no votar cuando se les solicito a los accionistas aprobar la adquisición del proveedor de atención médica irlandesa, Covidien PLC, por parte de Medtronic.
Pero, al fin de cuentas, esos cuatro votos no fueron importantes cuando el día de ayer, 6 de enero, los accionistas de Medtronic votaron en favor de que el gigante invierta $48 millones de dólares para concretar la adquisición de Covidien. Con ello, Medtronic se convertirá en un conglomerado internacional con base en Irlanda. Por otro lado, la transacción podría convertirse en una de las de mayor monto en la historia del estado, en caso de que, como se espera que ocurrirá, la operación es aprobada por le Suprema Corte Irlandesa en las próximas semanas.
La primera consecuencia de este proceso será el cambio en el nombre de la empresa, pasando a ser Medtronic PLC, que sin embargo mantendrá sus oficinas ejecutivas en el estado de Minnesota y se comprometerá, como se ha dicho anteriormente, a crear hasta mil nuevos empleos. Al adquirir a Covidien, Medtronic prácticamente duplicará sus ingresos anuales, estimándose hasta en $27 mil millones de dólares. Asimismo, este movimiento permitirá a la compañía expandirse en otros países más pequeños y emergentes, en donde se prevé que la industria de productos médicos encontrará una creciente demanda.
“La finalización de la adquisición de Covidien por parte de Medtronic marcará el comienzo de un nuevo capítulo en la historia de Medtronic, y nos ayudará a avanzar en nuestra enorme misión de aliviar el dolor, restaurar la salud y prolongar la vida de pacientes alrededor del mundo entero,” dijo el Jefe Ejecutivo de Medtronic, Omar Ishrak, al dirigirse a los accionistas de la firma, momentos después de hacer el recuento de votos.
Para que la compra fuese aprobada, era necesario, según documentos de regulación internos, que los dueños de ambas firmas estuviesen de acuerdo, y que al menos el 50% de los accionistas votaran en favor de la misma. El resultado del recuento de los votos arrojó un sorprendente 75.2% de ellos mostrando su apoyo por la operación. Coincidentemente, los accionistas de Covidien se expresaron en el mismo sentido, aprobando desde Irlanda el inicio del proceso de compra-venta.
Algunas reacciones se han expresado de inmediato en contra de los resultados, alertando sobre la falta de obligatoriedad que habrá en el cumplimiento de los compromisos estipulados, y por tanto, la posibilidad de que los mil nuevos empleos nunca se hagan realidad. Un gigante que crece, y que toma dimensiones de acuerdo con la globalización que caracteriza nuestro mundo contemporáneo.
¡Ah! ¡Y el gigante nació y creció en Minnesota!
