Washington, 12 nov (EFEUSA).-
Michelle Obama se ha esforzado durante décadas en ser algo más que la esposa de un deslumbrante político, y refleja esa misión en su primer libro de memorias, más centrado en los altibajos cotidianos de su vida que en el brillo de su periodo como celebridad mundial en la Casa Blanca.
La ex primera dama saca mañana a la venta en todo el mundo su libro “Becoming”, titulado “Mi historia” en español, uno de los 28 idiomas a los que se ha traducido.
Convertida en un icono progresista, Michelle promocionará sus memorias con una gira digna de una estrella del rock, con charlas en estadios de EE.UU. y el Reino Unido de la mano de famosas como la escritora Chimamanda Ngozi Adichie o las actrices Reese Witherspoon y Sarah Jessica Parker.
Decenas de miles de personas han agotado las entradas, que oscilaban entre los 30 y los 3.000 dólares, para la primera conferencia de la gira mañana en Chicago, moderada por la estrella televisiva Oprah Winfrey.
Esa espectacular gira contrasta con el tono íntimo de la obra, en la que Michelle se esfuerza por superar el arquetipo clásico de la primera dama y pone el acento en experiencias universales ligadas a su vida familiar y laboral.
Los extractos adelantados por algunos medios han copado titulares, al revelar una serie de críticas de la ex primera dama al presidente estadounidense, Donald Trump.
“Algunas noches no podía dormir, enojada por lo que ha llegado a suceder”, admite la esposa del exmandatario Barack Obama en los últimos pasajes del libro.
“Ha sido angustiante ver cómo el actual presidente ha llevado a muchos estadounidenses a dudar de sí mismos y a dudar de los otros y temerlos. A veces me pregunto si en algún momento tocaremos fondo”, añade.
Michelle Obama define a Trump como un “misógino” y le condena por haber promovido, en 2011, el falso rumor de que el entonces presidente no había nacido en Estados Unidos, algo que alborotó al sector más racista del país.
“Donald Trump, con sus insinuaciones chillonas e irresponsables, estaba poniendo en riesgo la seguridad de mi familia. Y nunca le perdonaré por eso”, sentencia.
El resto de las memorias se alejan de la polémica, aunque no faltan reflexiones sobre su extraordinario papel como la primera esposa afroamericana de un presidente de EE.UU.
“Ni por un segundo pensé que el cargo sería fácil y glamuroso. Nadie a quien se apliquen los calificativos ‘primera’ y ‘negra’ podría pensarlo”, explica Michelle.
“Yo era mujer, negra y fuerte, algo que para ciertas personas quería decir ‘enfadada’. Era otro cliché dañino, algo que se ha usado desde siempre para arrinconar a las mujeres de las minorías”, añade.
Quedar reducida a un estereotipo racista irritaba a Michelle, pero intentó no caer en esa “trampa” y mantuvo la cabeza alta, ejemplificando el lema que popularizaría durante la campaña electoral de 2016:
“Cuando ellos se rebajan, nosotros nos elevamos”.
Michelle dedica la primera parte del libro a su infancia y adolescencia en un “estrecho apartamento” de un barrio humilde de Chicago, en una familia descendiente de esclavos.
Sus análisis sobre las divisiones de raza y clase, el machismo o la educación pública dan paso a una segunda parte centrada en el comienzo de su vida con Barack Obama, de quien se enamoró con “una ráfaga de deseo, gratitud, satisfacción y asombro”.
La ex primera dama, una brillante abogada preparada en dos prestigiosas universidades, reconoce también que sintió una “pizca de resentimiento” al comienzo de la absorbente carrera política de su marido, que la relegó a ser “madre trabajadora a tiempo completo y esposa a tiempo parcial”.
Confiesa que Barack y ella acudieron a una terapia de pareja para superar esos roces y las secuelas de un aborto espontáneo, que les llevaron finalmente a concebir mediante fecundación in vitro a sus dos hijas, Malia y Sasha.
Las memorias de Michelle prometen agitar las aguas políticas en un momento en el que comienzan a sonar posibles aspirantes demócratas para las elecciones de 2020, pero ella sigue firme ante el clamor de sus seguidores.
“No tengo ninguna intención de presentarme a ningún cargo público, nunca”, zanja en su libro.