MINNEAPOLIS, MN
Miles de venezolanos indocumentados esperan con ansía la puesta en práctica del alivio migratorio que les dio Donald Trump y la materialización de la promesa de un TPS que les hizo el nuevo presidente Joe Biden, aunque los especialistas les piden que se armen de paciencia y no se dejen “confundir”.
La Embajada de Venezuela en EE.UU. anunció este miércoles la apertura de un registro en línea de venezolanos de cara a ambas iniciativas, algo que organizaciones de esta comunidad consideran innecesario y hasta arriesgado, según dijeron a Efe.
Helen Villalonga, que está al frente de una plataforma de 39 organizaciones de venezolanos en EE.UU. conocida por las siglas UVO, señaló a Efe que el único registro debería hacerse ante el Servicio de Inmigración y Ciudadanía (USCIS), que aun no ha publicado el alivio otorgado por Trump ni las guías para su implementación.
ADVERTENCIAS Y DUDAS
Villalonga mencionó como razón para no registrarse que Iris Varela, de la directiva de la Asamblea Nacional que ella califica como “ilegítima” (la constituida después de que venciera el plazo de la presidida por Juan Guaidó), ha advertido de que se proponen expropiar los bienes de los venezolanos radicados en el extranjero.
Además, indicó que la Embajada en Washington, que responde al opositor Guaidó, a quien el Gobierno estadounidense y medio centenar de gobiernos más consideran el presidente interino de Venezuela, está “confundiendo” a la comunidad acerca del alivio migratorio que el republicano Trump firmó “entre gallos y madrugada” el 19 de enero, la víspera de dejar la Casa Blanca.
A juicio de esta activista que lleva años dedicada a la lucha para conseguir un “estatus migratorio” para los venezolanos, el memorando de Trump, que es un alivio para librarlos por 18 meses de las “salidas forzadas” (deportaciones y expulsiones), con algunas excepciones que son “poco claras”, debe ser “acogido” por la Administración del demócrata Biden para que tenga algún efecto legal.
“Van a pasar entre 30 y 60 días para que se aclare la situación del DED (Deffered Enforced Departure)”, asegura la también líder de la Asociación Multicultural de Activistas, Voz y Expresión (AMEVEX).
Según dice, normalmente, para que una medida migratoria de este tipo tenga efecto legal, antes debe abrirse un periodo de consultas a las partes interesadas.
Para Villalonga, que era abogada en su país y desde el año 2000 está radicada en EE.UU., donde goza de asilo político, entre el DED de Trump y el Estatuto de Protección Temporal (TPS) prometido por Biden durante la campaña electoral la apuesta es “definitivamente” por el segundo, aunque lo ideal para todos los inmigrantes sin papeles sería una reforma migratoria integral.
EL TPS DE NUEVO EN EL CONGRESO
Un grupo bipartidista, del que forma parte senadores demócratas como Bob Menéndez y republicanos como Marco Rubio, acaba de presentar un nuevo proyecto de ley de TPS para venezolanos y Villalonga advierte de que también va a llevar tiempo en tramitarse y eventualmente aprobarse.
“Hemos activado un censo de posibles beneficiarios del DED y de un posible TPS, para facilitar proactivamente la labor de las autoridades estadounidenses, con quienes estamos en coordinación, y el acceso a este beneficio migratorio para el cual habitualmente se requiere demostrar la nacionalidad”, dijo el director de Asuntos Consulares de la misión diplomática venezolana en Washington, Brian Fincheltub en un comunicado.
Fincheltub precisó que estos esfuerzos se hacen “sin perder el foco de que el objetivo principal es el fin de la dictadura y la libertad de Venezuela”.
De acuerdo con fuentes de organismos internacionales y de la oposición venezolana, entre 5,5 y 6 millones de personas han huido de su país por razones políticas, económicas y sociales.
En EE.UU., según Villalonga, había por lo menos 350.000 al finalizar 2018, de acuerdo con datos de USCIS, por lo que la cifra actual sería bastante mayor.
El éxodo continua y a Estados Unidos siguen llegando venezolanos por distintas entradas, dice a Efe Marisol Diéguez, quien dirige desde Miami una organización de ayuda humanitaria para los venezolanos que siguen en su país.
Diéguez se encuentra en Colombia, el país del mundo que más venezolanos de la diáspora tiene, donde, según dijo, miles malviven en las calles, una inmigración muy diferente a la que llega a Estados Unidos, que cuenta con más recursos.
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