MINNEAPOLIS, MN
Existe un furor en el mundo entero por el uso de la bicicleta tan grande, que se ha creado un índice que da cuenta de la calidad de vida que pueden tener los ciclistas en dichos espacios urbanos. Este índice se basa en comparar a las distintas ciudades con Copenhague, por lo que el índice lleva el nombre Índice Copenhague. En él, se mide lo amistoso que resulta una ciudad para los amantes de circular en dos ruedas, en función de caminos, señalizaciones y actitud de los conductores con respecto a los ciclistas.
Por supuesto que Copenhague, en Dinamarca, es la primera ciudad en la clasificación bajo este índice, al ser el punto de comparación. Pero también es cierto que dicha ciudad goza del contar con el mayor número de bicicletas por persona en el mundo. En la lista, es seguido por la ciudad de Ámsterdam, en Holanda, con la que ha alternado el primer lugar. En Holanda, también sigue Utrecht y luego Estrasburgo, en Francia. Y así se alternan ciudades de Dinamarca y Holanda, hasta que aparece en noveno lugar Antwerp, en Bélgica, seguida de Sevilla y Barcelona, ambas en España. Siguen Berlín, en Alemania, Liubliana, en Eslovenia, y Buenos Aires, ocupando el lugar 14.
Dublín, Irlanda, Viena, Austria y Paris, Francia, son los países que se colocan en la clasificación antes de Minneapolis, única ciudad estadounidense que está entre las 20 primeras ciudades. Dicho índice ha sido empleado desde el 2011, cuando Nueva York se colocó en el lugar 20º, cuando también llamó la atención la ciudad de Guadalajara, en México, al ocupar el lugar 12º. Y el caso de Nueva York vino cuando el índice se amplió en el 2013, y hubo que ajustar hacia el 2011, cuando no llegaba tan lejos y por tanto su inclusión llegó un tanto fuera de lo pensado.
Hoy, Minneapolis alcanzó la menor calificación entre las ciudades evaluadas, pero obtuvo un bono en la categoría, al contar con 189 kilómetros de lo que “ellos llaman caminos de bicicleta en las calles”, o rutas asignadas en las calles. Ello se suma a los 147 kilómetros de caminos especiales para bicicletas, fuera de las calles. Así, aun cuando pareciera que no se podría clasificar como una urbe para bicicletas, Minneapolis se ha convertido muy pronto en un modelo a seguir en los Estados Unidos al construir más y más infraestructura pensando en los ciclistas.
Por tanto, “un modelo de compartir tan impresionante –para los Estados Unidos– ayudó a Minneapolis a alcanzar un respetable nivel en el índice, y nos encanta el sentido político que surgirá del gobierno de la ciudad,” se lee en la explicación del índice y por qué Minneapolis es considerada. “Un sistema de compartir bastante respetable ayuda a poner las bases para que la bicicleta sea considerada una forma de transporte en la ciudad. La semilla ha sido sembrada y un jardín está creciendo.”
La situación que hoy vive Minneapolis al ser incluida en el índice, puede ser considerada como reflejo de una tendencia que se ha adueñado de los Estados Unidos, y en donde Nueva York y Portland están empujando fuerte. Igualmente San Francisco, Washington DC, que se encuentran entre las primeras 30, y siguen Chicago y Filadelfia entre las primeras 40.
Si bien se aplaude la condición de la ciudad en materia de caminos ciclistas y el compartir espacio en las calles, también se sugiere un mejor mantenimiento de las mismas, habida cuenta que el invierno tiende a dañar críticamente el pavimento, y que ello es crucial para mantener una circulación segura y apropiada para los ciclistas. Una tarea difícil, dicen los editores del índice, habida cuenta la cultura del automóvil que prevalece en los Estados Unidos.
“Es difícil para las ciudades estadounidenses el pensar fuera de la caja en relación con el transporte, pero alguien tiene que hacerlo. Por qué no Minneapolis.”