MINNEAPOLIS, MN
Netflix lanzará a partir de noviembre un nuevo plan de suscripción que incluirá anuncios y costará 6.99 dólares en Estados Unidos, un precio equivalente al de los otros 12 países que estrenarán la nueva tarifa.
La compañía, que presentó este jueves su oferta, aseguró que los abonados al modelo con publicidad verán una media de 4 o 5 minutos de anuncios, de entre 15 y 30 segundos cada uno, por cada hora de emisión.
Entre otras limitaciones, la suscripción barata no permitirá descarga de capítulos de series ni de películas y además ciertos estrenos llegarán algo más tarde por limitaciones contractuales.
El resto de planes se mantendrán así: el básico por 9.99 dólares, el estándar por 15.49 y el premium por 19.99.
Canadá, México, España, Estados Unidos, Reino Unido, Australia, Brasil, Corea del Sur, Japón, Francia, Alemania e Italia son los países que Netflix ha escogido para estrenar su nuevo modelo, que se irá implementando en otros territorios paulatinamente.
“Lo más importante para nosotros es ofrecer opciones a los consumidores y que descubran cuál es la mejor oferta para ellos, y eso podría significar que algunos de nuestros miembros existentes abandonen los planes sin publicidad”, aseguró el jefe de operaciones de la compañía, Greg Peters, en una rueda de prensa virtual.
Peters aprovechó su intervención para explicar que, para “respetar la experiencia cinematográfica”, los anuncios se emitirán antes del comienzo de las películas que la plataforma estrene, aunque los títulos antiguos sí que estarán interrumpidos por las pausas publicitarias.
Netflix desveló su intención de introducir publicidad el pasado mes de abril, tras dar a conocer un informe de resultados en el que perdió 200,000 suscriptores durante el primer trimestre de 2022, periodo en el que obtuvo unos beneficios netos de 1,597 millones de dólares, por debajo de los 1,706 que logró durante los tres primeros meses del año anterior.
Los directivos de la compañía vincularon las bajas a un estancamiento en su crecimiento y a la mayor competencia en el mercado del “streaming”, cada vez más saturado tras el lanzamiento de plataformas por parte de gigantes empresariales como Apple, Disney y WarnerMedia.
La decisión fue un giro radical en la política de Netflix, que siempre había defendido su modelo de negocio basado en suscripciones sin anuncios y estrenos de las temporadas de sus series al completo, un protocolo al que también ha renunciado pues desde hace un tiempo dosifica los episodios de sus títulos más populares para retener a los abonados.
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