MINNEAPOLIS, MN. Por Marco Dávila
Qué cómodo le debe resultar al conservadurismo denigrar a los inmigrantes, calumniar a gente que muchas veces no tiene cómo defenderse. Y qué falta de escrúpulos morales.
Veamos:
En Estados Unidos la brecha entre pobres y ricos es gigantesca, ¿y qué se hace? Se dirige la atención hacia los inmigrantes.
El gobierno hace uso de las personas para combatir en sus múltiples guerras por diversas partes del mundo. Ya cuando los combatientes regresan, ya sea lastimados, sin extremidades o afectados psicológicamente, son abandonados a su suerte. Ah, pero, muy seguramente, su desgracia es culpa de los inmigrantes.
Hay infinidad de políticos corruptos que ensucian la política y que causan mucho daño al país. ¿Y qué se hace? Se dirige la atención hacia los inmigrantes.
Donald John Trump, entre otras cosas, es un multimillonario clasista, racista y corrupto. Ah, pero los malos de la película tienen que ser, justamente, los inmigrantes.
El supremacismo blanco es una gran amenaza para la seguridad nacional. ¿Y qué es lo que hace el conservadurismo reaccionario en vez de condenar a esos grupos extremistas? Se lanzan contra los inmigrantes.
Los políticos conservadores se dedican a bloquear cualquier intento de reformar el sistema migratorio. Pero, ¿resulta que el que cruzó el charco causa mucho más daño a la nación?
En realidad: un simple supremacista blanco es más peligroso que todos los indocumentados juntos; el gobierno estadounidense es el único responsable de hacer uso de la gente para combatir sus guerras y luego desecharlos; la desigualdad que impera en los Estados Unidos entre pobres y ricos no la crearon los inmigrantes, sino los gobernantes; los políticos corruptos como Donald John Trump son más dañinos que cualquier caravana migrante venida y por venir; el sector del poder legislativo que bloquea todo intento de leyes o reformas para arreglar la situación de la que tanto ellos mismos se quejan es, en gran parte, lo que ocasiona el actual desastre migratorio.
Lo que a mí todo esto me indica es que, en la actualidad, esta generación de políticos no ha estado a la altura de las circunstancias para realizar grandes y necesarias reformas al sistema migratorio en todo su conjunto. Lamentablemente, esta clase política solo busca convertir su incompetencia en un odio generalizado en contra de los inmigrantes.
Pura cortina de humo para que la gente no vea que ellos, los malos políticos, son el verdadero problema.
Marco I. Dávila