MINNEAPOLIS, MN
La campaña de Bernie Sanders tiene dos enemigos importantes: 1. Los grandes medios de comunicación, que jamás apoyarían a un candidato anti establishment. 2. La oligarquía que, aparentemente, en la política estadounidense es la que quita y la que pone.
Por una parte, el poder de los medios de comunicación en Estados Unidos es tan grande que en tiempos de elecciones pueden contribuir a inflar a unos (como Biden) y ayudar a destruir a otros (como Bernie). Y es que no hay que perder de vista que los grandes medios informativos son corporaciones con intereses particulares, a menudo conservadores. Como lo señala Bernie:
“Seamos muy claros, los medios corporativos no son “objetivos”; no son “árbitros” interesados en proporcionar “todas las partes de la moneda”. Los medios corporativos son entidades con fines de lucro, sus dueños y quienes los controlan son la clase dominante y algunas de las personas más ricas del país. Y, como toda corporación privada, tienen una agenda”.
Por otra parte, si los estadounidenses permiten a los multimillonarios controlar el sistema político a su antojo, entonces, nos podemos preguntar: ¿cuál es el punto de tener elecciones presidenciales si al final quien “gane” la presidencia no será precisamente el candidato más popular ni el más brillante, sino quien más recursos económicos obtenga de los oligarcas y, por ende, el inflado por los grandes medios de comunicación?
Al respecto, Bernie señala que “cuando la segunda familia más rica de este país, con una agenda de extrema derecha y algunos de sus amigos multimillonarios, tienen más poder político que cualquiera de los dos principales partidos políticos en este país, ¿cómo se le llama a ese sistema político? Bueno, creo que debería de llamársele por su nombre legítimo. No se llama democracia, se llama oligarquía. Y ese es el sistema hacia el que nos dirigimos rápidamente. Y ese es un sistema al que debemos oponernos enérgicamente”.
Bernie ha sorprendido a muchos por lo lejos que ha llegado, muy pero muy cerca de la presidencia de los Estados Unidos, navegando por un sistema político dominado por gente demasiado poderosa que está dispuesta a no dejarlo pasar. Sin embargo, con Bernie muchos hemos aprendido a que cuando la razón está de tu lado, por mucha influencia política y económica que tengan los medios y los oligarcas, el pueblo puede vencerlos en el momento en que se lo proponga.
P.D. Este es el mensaje más reciente de Bernie al cierre de esta nota: “Somos el país más rico en la historia del mundo. Todas las trabajadoras y los trabajadores se merecen un salario justo, vacaciones pagadas, cuidado de salud y un sindicato —siempre, no solo durante una crisis nacional—”.
Marco I. Dávila C.