MINNEAPOLIS, MN
En estos días en los que se ha anunciado que diversas aerolíneas han propuesto ser consideradas para realizar viajes aéreos, transportando pasajeros y mercancías, a Cuba, ha llegado también a Minneapolis el tiempo de ver buen cine cubano.
El Comité Cuba-Minnesota, en coordinación con la Sociedad Fílmica de Minneapolis y St. Paul, así como el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), presenta la séptima edición del festival d cine cubano en Minnesota. Gracias a esto, ha sido posible disfrutar, cada jueves y hasta finales de este Marzo, cintas de gran calidad que han logrado obtener importantes reconocimientos a nivel internacional.
La serie que cubrirá todos los jueves del 25 de febrero al 31 de marzo, ha comenzado con la presentación de Fátima, o el Parque de la Fraternidad, dirigida por el famosísimo Jorge Perugorría, quien saltara a la fama por la cinta Fresa y Chocolate, y más recientemente 7 Días en la Habana, en donde aparece como actor bajo la dirección de Benicio del Toro. Con Fátima, Peugorría explora de nueva cuenta un tema tabú en la isla, como fuera la homosexualidad en Fresa, siguiendo la vida de un personaje travesti que enfrenta la homofobia y las aprehensiones asociadas con las perspectivas religiosas.
A esta le siguió La Pared de las Palabras, de Fernando Pérez, director con larga trayectoria dentro del ICAIC, que comenzara con una cinta documental de 21 minutos, Cascos Blancos, que daba cuenta del trabajo voluntario en la isla. Clandestinos, Hello Hemingway, Suite Habana y Madrigal se cuentan entre algunas de sus más recientes trabajos, que le han colocado como figura internacional, cosa que fue aún más evidente luego que se hiciera merecedor de múltiples reconocimientos por su cinta La Vida es Silbar.
En la Pared de las Palabras, Pérez explora los conflictos inter familiares que son parte de la realidad contemporánea cubana, y que se vuelven mucho más agudos cuando la familia se diluye y se enfrenta a la necesidad e incapacidad de entender un desorden que padece el hijo de la misma.
El festival continúa con La Emboscada, de Alejandro Gil, en donde las cámaras siguen las aventuras de 8 soldados cubanos en un país ficticio africano, como haciendo referencia a la recurrente asistencia de Cuba a los movimientos sociales en diversos países del continente africano.
En esa línea, pero con un carácter más parecido a una investigación antropológica, Emma Christopher presenta Ellos Somos Nosotros, que habla de la reunificación de familias de Sierra Leona y Cuba, que habrían sido separadas debido al comercio de esclavos trasatlántico.
Vestido de Novia, de Marilyn Solaya, y Boccaccerías Habaneras, de Arturo Sotto Díaz, cierran el ciclo el 24 y 31 de marzo. Dos ejercicios ricos en propuestas visuales, y crítica social, que representan las perspectivas de una joven realizadora (apenas su segunda cinta) y de un experimentado directo, ambos formados como cuadros del ICAIC, que han sido señalados como representantes de la nueva ola de cine-producción cubana que habla con entera libertad de asuntos delicados, como lo es el matrimonio sin amor (Vestido), y las expectativas irreales ante la participación de ciudadanos cubanos en una serie de entrevistas para la escritura de un libro.
No te pierdas la posibilidad de ver excelente cine cubano, aquí, en una de las salas de St. Anthony Main.
