MINNEAPOLIS, MN
El consumo de una sola porción de pescado de agua dulce al año podría equivaler a un mes de ingestión de agua contaminada con químicos persistentes en concentraciones elevadas que pueden ser dañinas, según un estudio realizado por científicos del Grupo de Trabajo Ambiental (EWG).
El grupo de investigadores ambientales ha abogado por muchos años en favor de la reglamentación estricta de los ácidos perfluorooctanosulfónicos (PFOS) y otros compuestos químicos perennes -llamados así porque persisten en el ambiente durante largos periodos de tiempo- conocidos como sustancias perfluoroalquiladas (PFAS).
Los PFAS son un grupo de compuestos artificiales que se usan en gran variedad de industrias en todo el mundo, incluyendo la textil, la automotriz la de procesado de alimentos, la de construcción y la electrónica.
“Las PFAS no desaparecen cuando los productos se tiran o se desechan. Nuestra investigación muestra que los métodos de disposición más comunes pueden terminar conduciendo a una mayor contaminación ambiental”, dijo Tasha Stoiber, científica del EWG y coautora del estudio.
Los científicos consideran que la dieta es una fuente importante en la exposición de los consumidores estadounidenses a las PFAS, y sus conclusiones, según el estudio publicado hoy, son relevantes para las comunidades cuya supervivencia depende de la pesca en aguas dulces.
Para este estudio, los investigadores analizaron datos de más de 500 muestras de filetes de pescado recolectadas de 2013 a 2015 y encontraron que el nivel medio de PFOS totales era de 9.500 nanogramos por kilogramo, con un promedio de 11.800 nanogramos por kilogramo en pescados de los Grandes Lagos.
El EWG encontró que las cantidades de PFAS en los pescados de agua dulce son 280 veces mayores que los químicos perennes que se detectan en algunos pescados capturados y vendidos comercialmente.
Los investigadores calcularon que la ingestión de una porción de pescado de agua dulce al año equivale al consumo de agua con PFOS en una proporción de 48 partes por billón durante todo un mes.
“La gente que consume pescado de agua dulce, especialmente quienes pescan y comen pescado regularmente, corre el riesgo de tener niveles alarmantes de PFAS en su cuerpo”, dijo David Andrews, científico del EWG y también coautor del estudio.
El artículo indicó que los datos de pruebas hechas por la Agencia de Protección Ambiental (EPA) y la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) muestran que el consumo de una sola porción de pescado de agua dulce puede llevar a una exposición a PFAS similar a la ingestión de pescado comprado en el mercado cada día por un año.
Incluso el consumo ocasional de pescado de agua dulce contaminado con PFOS puede causar incrementos significativos en los niveles de químicos perennes en la sangre con daños potenciales para la salud.
Se ha relacionado la exposición a las PFAS en general con impactos negativos en el sistema inmunitario, un riesgo aumentado de diversos tipos de cáncer, alteraciones en el desarrollo y daños hepáticos y renales en niños, entre otros efectos.