MINNEAPOLIS, MN. Por Dra. Nancy Álvarez
La familia, ese útero donde crecen los seres humanos, muchas veces es todo menos un sitio para desarrollarse. ¿Qué caracteriza a una familia que no funciona? ¿Qué define una familia conflictiva?
Una familia puede funcionar cuando:
-La comunicación es clara y directa, sus miembros no usan de teléfono a los otros, para comunicarse entre ellos; la gente puede decir lo que siente y piensa, la expresión de las emociones es la norma.
-Da suficiente respaldo físico y emocional en las primeras etapas de desarrollo, o sea cuando los niños son pequeños.
-Ofrece mucha independencia, con el fin de fomentar la identidad y la relación positiva con el medio ambiente. La dependencia fomenta el abuso. Solo cuando hemos logrado la independencia, podemos ser interdependientes.
-Es capaz de transformarse, adaptarse a los cambios y los diferentes ciclos en la vida. Por ejemplo, cuando los niños son pequeños, adolescentes o adultos. Son diferentes ciclos por donde pasa la familia, y que piden cambios. Es capaz de reestructurarse. No es lo mismo ser padre de un niño pequeño que de un adolescente. Las reglas deben cambiar.
-Los límites en los subsistemas familiares son firmes, pero también deben ser flexibles. Por ejemplo, si alguien rompe una regla debe ser escuchado antes de imponerle un castigo. No es una dictadura, sino una democracia. En las familias existen diversos grupos que se relacionan, todos juntos forman el sistema familiar, pero las relaciones entre ellos (pareja, hijos, abuelos-nietos, padres-hijos) son diferentes. Ser esposa es distinto a ser mamá. Los hijos no deben meterse en los conflictos paternos. A su vez, los padres no deben meterse en los pleitos de sus hijos… “hasta que no haya sangre”.
-Existen normas, están son claras y precisas, pero flexibles. La familia no es un recinto militar, sino un útero donde crecen los seres humanos, con rumbo y reglas.
Las normas son las que gobiernan el comportamiento. Las reglas tienen que ver con lo que se debe y lo que no se debe hacer.
a) Las reglas explícitas se discuten. Ejemplo: las horas de dormir, la de cenar, los domingos van a misa…
b) Las reglas encubiertas son las que todo el mundo conoce, pero no se habla de eso. Ejemplo: la preferida de papá.
Virginia Satir, esa gran terapeuta familiar, explora las reglas que rigen y gobiernan a la familia. Ella piensa que es importante saber:
1- Si humanamente es posible cumplir esas reglas. Ejemplo: No permitir la expresión de lo que siento.
2- Si las reglas son actuales, si se adaptan a la situación que se está dando. Ejemplo: a un adolescente no le exigimos las mismas reglas que a un niño de dos años.
Una familia debe respetar, fomentar la comunicación, enseñar y practicar la congruencia. O sea, actuar según lo que digo, siento y pienso.
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