BURNSVILLE, MN
El Fútbol Americano cobra vidas de adolescentes, y provoca severas lesiones
Un deporte que es considerado como símbolo del sueño americano, el fútbol americano, es una práctica generalizada en el país por niños y jóvenes que aspiran a llegar a jugar para alguno de los más poderosos equipos profesionales, y con ello alcanzar fama mundial. Se trata de un deporte que ha sido comparado con los “torneos” que se desarrollaban durante el auge del imperio romano, cuando los gladiadores se enfrentaban por sus vidas.
Hoy sabemos más y más sobre los efectos que tiene este deporte de contacto entre quienes lo practican, y en particular sobre las conmociones cerebrales, el daño cerebral permanente de la encefalopatía traumática crónica y de otros riesgos físicos asociados con la práctica del fútbol americano.
Aun así, en lo que va del presente año, al menos 19 estudiantes han muerto al encontrarse jugando al fútbol americano, de acuerdo con el Centro Nacional para la Investigación de Lesiones Deportivas Catastróficas de la Universidad de Carolina del Norte (UNC).
Investigadores de del UNC se han enfocado al seguimiento de muertes relacionadas con el fútbol americano dese los años 1960s. La directora, Kristen Kucera describe dos conteos principales: muertes causadas directamente por la práctica de dicho deporte, como espina dorsal quebrada, o trauma cerebral, y aquellas que se relacionan de forma indirecta, como puede ser calor excesivo (o golpe de calor), o un paro cardiaco repentino que haya ocurrido durante el juego o en alguna práctica de entrenamiento.
Acaso una buena noticia sea que esas fatalidades ocurren hoy en menor número de lo que solía ser. Durante los años de 1960s, cerca de 30 o 40 jugadores moría por año. Desde entonces, se ha observado un continuo declive en esas cifras, debido a la adopción de nuevas y más efectivas medidas de seguridad: la estandarización del casco de juego que debe ser certificado para ser usado en un juego; una nueva regla que prohíbe el tacleo de primer contacto con la cabeza; y mejoras en el cuidado médico atlético.
Sin embargo, la disminución de esos eventos no ha llegado a cero, y más bien los mismos han permanecido prácticamente constantes desde la década de los 1990s. Desde entonces, un promedio de 4 a 5 jugadores de fútbol americano han muerto cada año como resultado directo de practicar dicho deporte, que se suman a un promedio de 10 fatalidades que ocurren de forma indirectamente relacionada con el deporte de las tacleadas.
Un chico de 16 años, Cam’ron Matthews, falleció este año mientras jugaba para su equipo, los Avispas de Alto. Un mes después del incidente, el equipo saltaba al terreno de juego saliendo del túnel de aire inflado, y en medio de una nube de hielo seco. No había signo alguno de tristeza. El equipo entero estaba enfocado en una sola cosa: ganar el partido. Matthews habría muerto apenas en Octubre 16, debido a un aneurisma fatal, comúnmente derivado de la práctica del fútbol americano u otra actividad vigorosa.
Este mes, la Academia Americana de Pediatría ha presentado nuevas recomendaciones sobre la seguridad en el deporte de contacto, urgiendo a los jugadores a considerar si “los beneficios de jugar son más importantes que los riesgos de sufrir de una lesión seria.”