En un mes dedicado a celebrar la cultura hispánica, es crucial entender cómo las diferencias de género, país de origen y Estado de destino se interseccionan para crear una experiencia única de migración para cada persona latina.
MINNEAPOLIS, MN.
Pro Mujer entrevistó en exclusiva a la socióloga Laura Limonic, doctora de la Universidad Estatal de Nueva York y especialista en migración contemporánea en Estados Unidos, quien precisó cuestiones sobre los desafíos particulares que enfrentan los migrantes latinos al llegar al país.
Las personas de origen latino constituyen cerca del 20% de la población estadounidense, y dentro de los 62.5 millones que forman esta comunidad, la diversidad es notable. Desde quienes vienen de México, que representan la mayoría con 37.2 millones, hasta quienes provienen de Cuba, Salvador y República Dominicana, cada grupo enfrenta desafíos y oportunidades únicas. Además, dentro de esta comunidad, el 49% son mujeres, y el 78% han vivido en Estados Unidos por más de una década (Pew Research Center), lo que crea una variedad de combinaciones que determinan formas distintas de integración y experiencia en el país.
La doctora Limonic explicó que uno de los factores que tiene una gran influencia a la hora de incorporarse en el mercado laboral es el lugar de origen.
“Los mexicanos, uno de los grupos de personas latinas de tradición más larga en Estados Unidos, tienen fuertes redes sociales. Gracias a ellas, les resulta más fácil comenzar un emprendimiento ya que la red proporciona un mercado donde vender. Esto sucede también con las oleadas que llegan desde Cuba y Ecuador. En cambio, los venezolanos, que son un grupo relativamente reciente, tienen redes más débiles, por lo que su integración puede ser más lenta.”
Entonces la adaptación de los y las inmigrantes latinos está profundamente marcada por el tiempo que su comunidad ha estado establecida en el país. Los grupos con una larga historia migratoria han desarrollado sólidas redes de apoyo que facilitan la adaptación de las y los recién llegados, brindándoles oportunidades laborales y un sentido de pertenencia.
Por otro lado, la investigadora mencionó que el lugar de destino y las políticas estatales hacia las comunidades de inmigrantes influyen profundamente en sus experiencias. Dado que no existe una política migratoria nacional unificada, algunos distritos carecen de iniciativas para fomentar la integración. Estados como Nueva York y California son conocidos por sus programas de apoyo a la comunidad latina, incluyendo la creación de las ciudades santuario.
Inmigración marcada por el género: el caso de las mujeres latinas
Históricamente, las mujeres fueron las principales migrantes de México, según afirma la socióloga. Venían solas, dejando a sus hijos o hijas al cuidado de una abuela o tía para ganar algo de dinero que después pudieran llevar de vuelta a su tierra natal. Hoy en día, la tendencia se revirtió y la mayoría vienen con sus familias a establecerse en Estados Unidos, lo cual también se observa en latinas provenientes de otros países.
Muchas de ellas encuentran dificultades para acceder a un empleo en el mercado formal, por lo que optan por trabajar en tareas de cuidado. Este es un rubro de alta demanda en Estados Unidos que se vio fuertemente afectado por la pandemia del Covid-19. De acuerdo con Limonic,
“el 70% de las madres locales trabaja y necesita de alguien que cuide a sus hijos o hijas. Durante la cuarentena, una gran cantidad de latinas volvieron a su país, por lo que muchas mujeres debieron dejar de trabajar para dedicarse a tareas de cuidado. Es hasta el día de hoy que siguen vacantes un amplio número de puestos en este rubro.”
Otra salida laboral, cada vez más popular entre las latinas, es el emprendimiento. Ellas abren negocios a un ritmo mayor que cualquier otro grupo. Según el informe State of Latino Entrepreneurship de la Stanford Latino Entrepreneurship Initiative (SLEI), las latinas poseen 104.000 empresas con empleados y empleadas.
Sin embargo, las emprendedoras latinas se enfrentan a desafíos únicos en la intersección del género y la etnicidad. Uno de los obstáculos más significativos es el acceso al financiamiento: 17% de las propietarias de negocios latinas indican que el obtener un crédito o un préstamo es un desafío importante, en comparación con un 9% de las mujeres blancas, 9% de los hombres latinos y 7% de los hombres blancos, de acuerdo con las estadísticas del estudio.
“Las emprendedoras latinas están demostrando al mundo que pueden lograr grandes cosas, pero es fundamental apoyar su progreso y transformación brindándoles herramientas que respondan a sus realidades, apoyen su desarrollo y ofrezcan la oportunidad de adquirir nuevas habilidades comerciales,” dijo Carmen Correa, CEO de Pro Mujer, una organización que trabaja a través de un enfoque holístico para que las mujeres puedan desarrollar sus emprendimientos.
Oportunidades de formación para mujeres emprendedoras
Con el objetivo de acompañar a las mujeres latinoamericanas que migraron a Estados Unidos para incorporar habilidades emprendedoras, Pro Mujer adaptó la plataforma de capacitación en línea “Emprende Pro Mujer”. Desde su lanzamiento en septiembre del año pasado, hoy cuenta con más de 1800 inscriptas.
Emprende proporciona a las mujeres acceso a contenidos educativos dinámicos y atractivos, diseñados para fortalecer las habilidades necesarias en cada etapa del camino emprendedor. Además, impulsa su crecimiento personal y profesional, enfocándose en áreas claves como el liderazgo, la gestión, las finanzas, las competencias digitales y de ventas, así como en el fortalecimiento de su autoestima. Las usuarias pueden acceder a estos recursos y a todas las funcionalidades de la plataforma desde cualquier lugar del país, solo necesitan un dispositivo con conexión a Internet.
Para dar respuesta a las particularidades del contexto migratorio, Emprende ha incorporado la sección “Mujer Migrante”, que adopta un enfoque interseccional e incluye habilidades de apoyo psicosocial para mejorar sus condiciones de vida, integrarlas a la comunidad y construir un mejor futuro para sus familias.
La plataforma fue lanzada en América Latina en 2021 y desde entonces ha transformado la vida de más de 93.000 mujeres emprendedoras en más de 23 países. Las usuarias latinoamericanas informaron que participar en el programa marcó un punto de inflexión en sus vidas: 99% mejoró sus habilidades, 80% desarrolló herramientas para ahorrar dinero y 20% aumentó las ventas de su negocio.
“Teniendo en cuenta los desafíos económicos y los problemas sociales que enfrentan las latinas que migran a los Estados Unidos, incluida la tasa más alta de deserción escolar y la vulnerabilidad a la violencia, queda claro que la experiencia de Pro Mujer en América Latina y la plataforma Emprende Pro Mujer pueden proporcionar recursos valiosos para ellas. Pero revertir esta situación requiere de una colaboración más amplia con otras organizaciones comprometidas con mejorar las condiciones de vida de las latinas”, explicó Correa.
Los emprendimientos de propiedad latina son una fuerza poderosa para el desarrollo económico en los Estados Unidos, pero enfrentan desafíos significativos que requieren atención y apoyo. Iniciativas como Emprende Pro Mujer juegan un papel crucial para que las emprendedoras superen estos obstáculos y alcancen su máximo potencial.
Sobre Pro Mujer:
Pro Mujer es una empresa social que desde hace más de 34 años brinda servicios y herramientas a las mujeres en América Latina para que puedan alcanzar su máximo potencial, mejorar sus condiciones de vida y transformarse en agentes de cambio para sus comunidades.
Opera a través de un modelo holístico e integral que busca ampliar el acceso de las mujeres de la región a los servicios de salud, aumentar su inclusión financiera y brindarles oportunidades de capacitación.
A través del profundo conocimiento de las necesidades más apremiantes que padecen las mujeres de América Latina, Pro Mujer diseña programas innovadores que buscan responder a problemáticas como la violencia de género y la brecha de género digital.
Pro Mujer es pionera en la región en fomentar y concientizar acerca de la Inversión con enfoque de género como un mecanismo efectivo para cerrar brechas e impulsar la productividad de las compañías.
El trabajo de Pro Mujer está estrechamente alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU y ofrece resultados tangibles en ocho ODS: 1, 3, 4, 5, 8, 10, 11 y 16.
Más información en www.promujer.org