SAINT PAUL, MN
Mucho se ha discutido en los últimos días sobre las leyes que regulan o no la Neutralidad de la Red, o bien neutralidad del internet.
El concepto surge a partir de la idea de que los proveedores de servicio de internet, como puede ser Comcast y Verizon, podrían tratar todo el contenido que fluye a través de sus servicios de cable y de cobertura de telefonía celular. Es decir que, bajo la neutralidad de la red, esas compañías no podrían ser capaces de deslizar alguna información a través de los “carriles de alta velocidad” bloqueando o discriminando en contra de otros materiales.
En otras palabras, esas compañías no podrían bloquear tu servicio y uso de datos e información, en caso de que desearas emplear algunos servicios como Skype, Netflix o Hulu, alentado el acceso, y poniendo como condición el que mantengas un paquete de servicios (cable, TV, internet y telefonía), a fin de que puedas acceder a dichos servicios a velocidad apropiada. Tampoco deberían ser permitidas estas compañías el imponerte la compra de ningún servicio adicional como condición para liberar la velocidad de acceso a videos.
Dentro de las administraciones anteriores, tanto la de George W. Bush y la de Barack Obama, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC por sus siglas en inglés) invirtió años buscando aplicar las protecciones que implica la aplicación de la ley de neutralidad de la red. Fue hasta el 2015 cuando, luego de una serie de derrotas a manos de los proveedores de servicios de cable y satélite, que la FCC logró pasar una orden de neutralidad de la red. Sin embargo, en diciembre del 2017, la misma FCC, ahora bajo el control de los republicanos, ha optado por eliminar esa orden, liberando a los proveedores de servicios de banda ancha para poder bloquear o manipular contenido en la forma que deseen.
Entre los defensores de la neutralidad de la red, se cuentan a quienes argumentan que, manteniendo el internet como un campo de juego abierto a todos por igual, sin limitaciones ni condicionamientos, es crucial para la innovación, en ciencia, tecnología y cuanta materia exista. De tal suerte que, si los proveedores de banda ancha eligen sus favoritos en línea, nuevas compañías y tecnologías no encontrarían forma de crecer.
Otros indican que la neutralidad de la red es sumamente importante en ejercicio de la libertad de expresión. Al existir control del mercado de banda ancha por parte de un puñado de grandes compañías de telecomunicaciones, podría traducirse en la adquisición de gran poderío y la capacidad de suprimir o eliminar puntos de vista particulares o bien limitar la capacidad de expresión en línea, abriéndola a quienes cuenten con la capacidad de pagar más por el servicio.
Pese a que las empresas proveedoras se han comprometido a no bloquear o limitar la velocidad de acceso a diversos contenidos, y a que la FCC argumenta que las leyes anti monopolios existentes controlarán a los proveedores de usar su poder contra sus competidores, existe temor persistente por parte de los defensores de la neutralidad de la red, acusando que pronto se verán líneas de alta velocidad para algunos, dejando de lado a quienes no cumplan con las condiciones exigidas. Asimismo, en torno a los derechos de libertad de expresión, se teme que los proveedores colaboren con autoridades en caso de que estas deseen limitar o eliminar dicho derecho a ciertos grupos o personas específicos.
El término de neutralidad del internet surgió en el año 2003, en un artículo publicado por el profesor Tim Wu, quien alertaba sobre prácticas de discriminación en el acceso al internet. En ese entonces, algunos proveedores de banda ancha, incluido Comcast, prohibieron a usuarios de internet en sus hogares el acceso a redes de acceso virtual (VPNs, por sus siglas en ingles), en tanto que otros proveedores, como AT&T, prohibieron a algunos usuarios el acceso a servidores de Wi-Fi.