SAINT PAUL, MN
Argumentando como fin el dar a la Arquidiócesis de un nuevo comienzo en medio de los muchos desafíos que enfrentan, el Arzobispo de Saint Paul y Minneapolis John C. Nienstedt anunció su renuncia este Lunes por la mañana.
La Arquidiócesis convoco entonces a una conferencia de prensa en la entrada principal de la Catedral de Saint Paul.
“Esto paso muy rápido, pido sus oraciones para el futuro de la Arquidiócesis,” dijo el Reverendo Andrew Cozzzens en la fugaz conferencia de prensa donde el Arzobispo Nienstedt no estuvo presente.
Durante los últimos años, la iglesia católica ha estado en el ojo del huracán. La atención negativa que la institución ha hecho que este dirigente de la iglesia católica en el estado decida por el abano no a su cargo de ocho años. Hoy en día, este arzobispado enfrenta serios problemas económicos, desarrollados a consecuencia de los escándalos por aquellos sacerdotes que han cometido delitos de pedofilia en el pasado. Consecuencia de esto último, han sido en notable número los casos en los que se han llevado casos a juzgados. Como parte del mismo proceso, en muchos casos se ha ordenado que se cubran sendas indemnizaciones a las víctimas de abuso por parte de los sacerdotes.
El Arzobispo Nienstedt, de quien se esperaba renunciaría mucho antes de la fecha de hoy, comunico lo siguiente en su carta de esta mañana:
“He presentado mi renuncia como arzobispo de Saint Paul y Minneapolis a nuestro Santo Padre, el Papa Francisco, y yo acabamos de recibir la noticia de que ha sido aceptada. La Iglesia Católica no es nuestra Iglesia, sino la Iglesia de Cristo, y nosotros somos simplemente mayordomos de ella durante un tiempo. Se ha opacado lamentablemente la atención de las buenas obras dentro de mi liderazgo en la iglesia y el de aquellos que la hacen funcionar. Por lo tanto, mi decisión de renunciarle.”
Ha sido un privilegio de los últimos siete años de servir a esta Iglesia local. He llegado a apreciar profundamente la vitalidad de las 187 parroquias que conforman la Arquidiócesis de Saint Paul y Minneapolis. Estoy muy agradecido por el apoyo que he recibido de sacerdotes, diáconos, religiosos y religiosas y líderes laicos, especialmente los que han colaborado conmigo en la supervisión de esta Iglesia local.
Me voy con la conciencia tranquila sabiendo que mi equipo y yo hemos puesto en protocolos sólidos que aseguren la protección de los menores y adultos vulnerables.
Pido continuas oraciones para el bienestar de esta Arquidiócesis y sus futuros líderes. También les pido sus oraciones continuas para mí.”