SAINT PAUL, MN
El acceso a métodos de control de natalidad para mujeres jóvenes a través de seguro médico de sus padres –según permitido por la Ley de Cuidado de Salud Asequible (ACA, por sus siglas en inglés)– ayudó a reducir la tasa de aborto en este grupo en un 10%.
La investigadora de Universidad de Michigan Joelle Abramowitz se propuso averiguar cómo la provisión de adultos jóvenes del ACA afectaba cómo las mujeres jóvenes toman las decisiones acerca de cuándo iniciar su propia familia. La ley, promulgada en 2010, permite a los jóvenes permanecer en el seguro de sus padres hasta los 26 años.
Si las mujeres jóvenes tenían acceso a un seguro, pudieron planificar mejor cuando comenzar a tener hijos.
Cuando las mujeres de entre 20-24 pudieron permanecer bajo el seguro de sus padres, la tasa de abortos en este grupo de edad se redujo entre un 9 y un 14 por ciento en comparación con las mujeres que tenían acceso al seguro. El uso de anticonceptivos hormonales de largo plazo, tales como anticonceptivos inyectables e implantes anticonceptivos aumentó en un 68% -el incremento parece ser grande porque el uso anterior de este tipo de control de la natalidad era tan bajo- y la tasa de bebés nacidos en este grupo de edad se redujo en un 10%.
“Los resultados sugieren que las mujeres pueden optimizar su capacidad de planificar las familias cuando tienen acceso a la cobertura de seguro”, dijo Abramowitz, una investigadora en el Instituto de Investigación Social.
Las muestras anuales del American Community Survey incluyen 3 millones de hogares todos los municipios de Estados Unidos y Puerto Rico, y Abramowitz la utilizó para determinar los casos de mujeres que habían dado a luz en el último año. Los datos del CDC incluyen los abortos legales en todos los estados del país, y la Encuesta Nacional de Crecimiento Familiar, que entrevista a aproximadamente 5 mil hombres y mujeres por año sobre sus comportamientos y resultados relacionados con la familia, incluyen el uso de anticonceptivos.
“Otros trabajos han encontrado una disminución en la fertilidad después de que entró en vigencia la ley ACA, pero no examinaron lo que conducía a este descenso”, dijo Abramowitz.
Sin embargo, estos resultados fueron en gran medida cierto sólo para las mujeres blancas no hispanas. Las mujeres de color tienden a ver menos beneficios. Eso es probablemente porque estos efectos sólo se producen para las mujeres que son capaces de acceder a un seguro de salud a través de planes de sus padres. Según la oficina de censo, en 2010, cuando se promulgó la provisión de adultos jóvenes, el 72,6% de los blancos tenían cobertura privada, mientras que sólo el 48,3% de afroamericanos y el 41,7% de hispanos tenían cobertura privada.
“Esto sugiere que algunas personas no son capaces de optimizar su capacidad de planificar a las familias, ya que no tienen acceso a un seguro,” dijo Abramowitz. “Los elevados precios de los métodos anticonceptivos sin seguro parecen ser un factor que ha contribuido a los embarazos no deseados”.
El estudio aparece en la revista Journal of Population Economics.