Superintendente Johnson. Fotografía de referencia por Google.
MINNEAPOLIS, MN
Uno de los distritos escolares con mayor diversidad en las aulas es el de Minneapolis. Al serlo, también es cierto que este distrito escolar tiene que enfrentar un enorme reto, al acumularse evidencias en torno a las diferencias en el rendimiento escolar entre grupos culturales y étnicos. Y, como ocurre en la mayor parte del país, en Minneapolis los grupos de estudiantes que pertenecen a grupos diferentes al de blancos, tienen un rendimiento muy por debajo de los estudiantes considerados de la “mayoría” poblacional.
Múltiples esfuerzos se han hecho en busca de descubrir cuáles son los elementos que explican y justifican esa situación, a fin de buscar implementar las medidas que puedan corregir el rumbo. Con ello, se ha logrado generar una cantidad importante de esfuerzos a ello encaminados. Y los resultados, tan esperados, aún no han llegado. Es así que ha habido también otros caminos seguidos por especialistas en la educación, que se ocupan de monitorear la implementación y el avance de los programas encaminados a reducir las diferencias en la educación que aquejan al sistema.
Durante el fin de semana, el diario en línea MinnPost, publicó los resultados de un reporte que da cuenta del trabajo de monitoreo a las Escuelas Públicas de Minneapolis. Y la nota comienza cuestionando:
“¿Qué pasaría si nosotros – y al decir ‘nosotros’ me refiero a los funcionarios públicos, los contribuyentes, las familias, los educadores y otros que conformamos la ciudad de Minneapolis – estamos en proceso de dilapidar el sentido colectivo de urgencia que hemos ido creando en torno a la equidad en la educación?”, expresa la autora del reporte, Beth Hawkins.
En el artículo se reconoce que la superintendente de las escuelas públicas de Minneapolis, Bernadeia Johnson, se siente orgullosa de sus palabras cuando afirmó que “la cultura se comería por almuerzo a la estrategia.” Johnson se refiere a la idea expresada en el sentido de que no habrá mejor estrategia para resolver los grandes problemas en el sistema educativo de Minneapolis, que el promover valores culturales con respeto a la diversidad. Pero, continua Hawkins, podría ser que las mordidas que haya dado la cultura, no sean sino venenosas, y esté ocurriendo algo no deseado.
La situación es alarmante, luego que los más recientes resultados de evaluación estandarizada en el estado muestran resultados desalentadores. En el nivel de lectura de tercer grado, no solo las diferencias entre grupos étnicos se muestra casi constante, pero incluso los niveles de eficiencia en la lectura han disminuido en comparación con los del 2010 (76%), 2011 y 2012 (79%), llegando a 58% de eficiencia en el 2014. Y los estudiantes blancos en Minneapolis alcanzan 75% de eficiencia en lectura para el mismo año, por arriba notablemente del promedio, y aún más por sobre el promedio en el distrito de la ciudad (41%).
Los resultados indican que los estudiantes de tercer grado y de origen asiático logran el 37% en cuanto a la eficiencia en la lectura, en tanto Inmigrantes africanos alcanzan 25%, Hispanos 23%, Afroamericanos 20%, y Nativos Americanos tan solo el 17%. Es cierto que eso se debe a la implementación de estándares más exigentes desde hace dos años, y sin embargo, la caída en los niveles de eficiencia en la lectura han caído más dramáticamente entre los grupos de estudiantes “de color” en comparación con los blancos. Y ello es sólo un indicador de cuánto los estudiantes están en el camino apropiado para llegar a estudiar en una universidad, no que unos lean mejor que otros, o que sean más brillantes. Ello queda en evidencia en los resultados del ACT, examen para identificar si el estudiante está listo para tomar cursos de estudios superiores. Los que mejores resultados tienen son los estudiantes blancos, con 74% de ellos alcanzando un nivel apropiado para ir a la universidad. Entre Latinos e Hispanos, solo uno de cada 10 está en esa condición, y la situación es peor entre quienes toman clases de Inglés como segunda lengua, cuando sólo uno entre cien estudiantes podría rendir bien en cursos universitarios.
Es tiempo de un verdadero cambio. Habrá que lograrlo con el compromiso entre la mayoría de la población interesada en ello.