SAINT PAUL, MN
Pese a que hasta el momento Bernie Sanders se encuentra muy por detrás de Hillary Clinton en el conteo de delegados, el coordinador de su campaña ha dicho que Sanders podría, y que lo hará, obtener la nominación demócrata al ganar en materia de súper-delegados a última hora.
“Si podemos cerrar sustancialmente la brecha entre la Secretaria Clinton y el Senador Sanders, en términos de delegados comprometidos,” dijo Jeff Weaver a la radio pública del país, en el influyente show All Things Considered, “el puede llegar a la convención con un momento sustancial tras haber ganado la vasta, vasta mayoría de los estados al concluir el proceso.”
Esto se presenta como un giro significativo en comparación con los primeros días de la campaña, cuando quienes apoyan a Sanders llamaron a los súper-delegados “anti-democráticos” y solicitaban que ellos apoyaran al candidato que obtuviera el mayor número de votos en la convención demócrata del próximo mes de julio.
“Para el momento en el que ambos candidatos acudan a la convención,” continúa Weaver, “nadie tendrá el número de delegados para ganar [la nominación] al contar tan sólo los delegados comprometidos. Serán los súper-delegados quienes tendrán que decidir sobre esto.”
Hasta los más recientes conteos, Hillary Clinton se encuentra a 90 delegados para asegurar la nominación, si se incluyen a los súper-delegados. Dentro de su campaña se estima que logrará pasar el número mínimo requerido el próximo 7 de junio, cuando seis estados del país voten internamente. Entre estos estados se incluye California, que presenta un enorme número de delegados que se comprometerán con alguno u otro candidato, sumando 475.
En la aritmética política, Clinton mantiene la ventaja por 264 delegados comprometidos, y 760 en total si se suman los súper-delegados. Sanders cuenta, también por el momento, con el apoyo declarado de 39 súper-delegados, en tanto que ya más de 500 han dicho públicamente que apoyarán a Clinton.
Dentro del equipo de campaña de Sanders se maneja la idea de que los súper-delegados, pese a haber expresado ya simpatía por alguno de los candidatos, votarán hasta que tenga lugar la convención, por lo que cuentan con la esperanza de que el Sanders pueda entregar un discurso convincente, que les haga cambiar de opinión. Para ello, cuentan con que la tendencia observada, con continuos triunfos en diversos estados, sea el principal argumento para convencerles.
Como ejemplo para sustentar sus argumentos, la campaña de Sanders, en voz de Weaver, indicó cómo en el 2008 Obama había perdido 9 de los últimos 12 procesos, en igual número de estados, pero aun así logró consolidar su ventaja sobre Clinton en el conteo de delegados comprometidos.
Por lo pronto, la campaña de Sanders abandona un discurso de confrontación en contra del statu-quo, y que acaso se reflejó en la forma en que se desarrolló la convención estatal de Nevada, en donde acusarían al sistema de haberles tratado injustamente, y con ello estarán preparando el terreno para un escenario posible.