SAINT PAUL, MN
Hasta hace muy poco tiempo, las cifras que estimaban el flujo migratorio indicaban que el número de inmigrantes mexicanos en los Estados Unidos superaba por mucho al de aquellos que volvían a su país de origen. Hoy, más mexicanos inmigrantes han regresado a México desde los Estados Unidos en comparación con aquellos que han migrado a este país, a partir del fin de la Gran Recesión económica, según datos publicados en un análisis desarrollado por el centro de investigación Pew, para el cual se han incluido datos gubernamentales de ambos países.
A partir del 2009, y hasta el 2014, la diferencia entre quienes entran y quienes salen del país, siendo mexicanos, arroja un saldo favorable para quienes vuelven a México. En este período, 1 millón de mexicanos y sus familias (dentro de las que se incluyen a muchos hijos nacidos en los Estados Unidos), abandonaron el país dirigiéndose a México, de acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID).
Datos del censo de los Estados Unidos para el mismo período muestran que alrededor de 870,000 ciudadanos mexicanos vinieron a los Estados Unidos. En suma, esto significa que el flujo neto de México a los Estados Unidos es hoy negativo, con una pérdida neta de alrededor de 140,000 personas, entre el 2009 y el 2014.
La mayoría entre el millón de personas que dejaron los Estados Unidos para trasladarse a México en ese período lo hicieron por cuenta propia, sin ser deportados, según se desprende de los datos presentados por la ENADI. Seis de cada diez (61 por ciento) se identificaron como migrantes de retorno – aquellos que reportaron haber vivido en los Estados Unidos cinco años antes del momento de la encuesta, y que en el 2014 habrían vuelto a México – citando la reunificación familiar como la principal razón para volver.
En contraste, solo el 14 por ciento de los mexicanos que retornaron a México declararon que su regreso se debió a que habrían sido deportados de los Estados Unidos. Fueron tan solo 6 por ciento de ellos quienes argumentaron razones laborales como motivo de volver al país del que son originarios, significando que un porcentaje pequeño habría perdido sus empleos en Estados Unidos por lo cual habrían decidido volver.
Otro aspecto que resulta relevante en las estimaciones hechas, es que el flujo de inmigrantes mexicanos entre los dos países se encuentra en su menor nivel desde la década de los 1990s, particularmente debido a la caída en el número de inmigrantes mexicanos que se dirigen a los Estados Unidos. Este declive es muy probablemente debido a muy diversos factores, entre los que se incluye el lento proceso de recuperación económica que se vive en los Estados Unidos luego del período de la Gran Recesión, que se conjuga con la aplicación de medidas anti-inmigrantes con mayor fuerza, y en particular en la zona fronteriza.
Es importante reconocer la tremenda dificultad que implica la medición de la migración entre los dos países, debido a que no existe un conteo oficial que dé cuenta sobre cuántos inmigrantes mexicanos llegan y abandonan los Estados Unidos año con año.
Un efecto de este fenómeno, que pareciera revertir la tendencia observada hasta la primera década del presente siglo, es que hoy, y de acuerdo con la ENADID, un menor porcentaje de personas identifican familiares o amigos viviendo en los Estados Unidos con los que se escriba o hable por teléfono de forma regular.
También, a diferencia de lo observado hasta hace poco, hoy sólo 48 por ciento de los mexicanos que participaron en la encuesta creen que la vida al norte de la frontera es mejor que en México, representando sólo el 48 por ciento. Incluso, entre quienes han vivido en este país, y que han vuelto a México, el 33 por ciento indican que su vida no cambió al llegar a los Estados Unidos, siendo equiparable a lo que experimentaban antes de migrar.
Cosas veremos. Y una de ellas es un cambio sustancial en el flujo migratorio, pasando de 2,270,000 como saldo migratorio neto en el período 1995-2000, a -20,000 entre 2005 y 2010, y hoy -140,000 entre 2009 y 2014.
