SAINT PAUL, MN
A medida que aumenta la exigencia intelectual de una actividad también lo hacen los prejuicios asociados al desempeño de las mujeres, apunta un estudio de la Universidad de Nueva York publicado hoy en la revista American Psychologist.
“A pesar de sus logros en clase o en el trabajo, nuestro experimento sugiere que las mujeres podrían encontrar aún prejuicios en circunstancias donde ser brillante es visto como una llave para el éxito”, aseguró Andrei Cimpian, profesor de Psicología de la Universidad de Nueva York y responsable de la investigación.
Este trabajo subraya la omnipresencia de un sesgo asociado al sexo presente tanto en adultos como en menores.
Durante dos experimentos se pidió a más de 1.150 participantes que recomendaran a alguien para desempeñar un determinado trabajo, a la mitad se les indicó que era una labor con gran exigencia intelectual y a la otra no se le impuso ningún requerimiento.
Los resultados indicaron que en el caso de los empleos que requerían aptitudes “brillantes” las referencias hacia mujeres fueron del 43,5 %, mientras que en los que no se mencionaba esa aptitud las recomendaciones se elevaron hasta el 50,8 %.
La conclusión del estudio indica que las apuestas dirigidas a mujeres cayeron un 25,3 % cuando la descripción de la tarea mencionaba habilidad intelectual.
Los investigadores subrayaron también que a pesar de que las mujeres fueron más proclives a recomendar a otras para cargos de alta cualificación ambos géneros consideraron a menos féminas en esos trabajos que en otros supuestamente más accesibles intelectualmente.
En una tercera prueba, los autores del análisis realizaron otro experimento para comprobar si estas diferencias de apreciación en cuanto al género se dan también entre menores.
A un total de 192 niños y niñas de entre 5 y 7 años se les ofreció participar en dos juegos de equipo, para la mitad era un pasatiempos para “verdaderamente listos”, indicó la publicación, y para la otra había una exigencia específica.
Después de la consigna, los capitanes tuvieron que elegir a tres miembros para su equipo entre tres niños y tres niñas a los que no conocían.
Inicialmente, los responsables escogieron a participantes de su mismo sexo pero en su tercera opción, las niñas en el juego “para listos” fueron escogidas el 37,6 % de las veces frente al 53,4 % en el otro.
“Nuestro estudio pretende ser una aportación para entender los procesos que llevan a las mujeres a estar menos representadas en ‘ámbitos de genios’, como física o filosofía, donde el éxito es asociado a altos niveles de habilidad intelectual”, observó Cimpian.