MINNEAPOLIS, MN
La senadora demócrata Elizabeth Warren solicitó hoy al Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en inglés) una investigación interna “rigurosa” sobre el caso de Jakelin Amei Rosmery Caal Maqui, la niña guatemalteca de 7 años fallecida bajo custodia de las autoridades.
“Les pido que realicen una investigación rigurosa y que publiquen los resultados lo más rápido posible”, reclamó Warren en una carta dirigida al inspector general del DHS, que conduce las pesquisas internas.
“La muerte de esta niña -prosiguió- en custodia de la CBP (Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza) es profundamente preocupante y apunta a problemas significativos con las políticas de la Administración Trump sobre los niños detenidos en la frontera y sobre la implementación de estas políticas”.
El pasado viernes, el DHS se comprometió a realizar una revisión del caso y a hacer llegar al Congreso un informe con sus conclusiones.
Asimismo, el representante demócrata Adriano Espaillat cuestionó las condiciones de las instalaciones de la CBP después de visitar aquellas a las que fue llevada la menor.
“Las mujeres y niños a los que visité en la instalación estaban durmiendo en el suelo en condiciones inhumanas y muy llenas de gente. Nadie se merece esto”, comentó Espaillat.
Por otra parte, la Coalición de Derechos para los Humanos Inmigrantes (CHIRLA) emitió un comunicado con motivo del Día Internacional del Inmigrante en el que apoyó a este colectivo a nivel global en la defensa de unas condiciones aptas y criticó al Gobierno en el caso de Jakelin.
Según CBP, la niña y su padre formaban parte de un grupo de 163 migrantes que fueron detenidos sobre las 21.15 hora local del 6 de diciembre cerca de Antelope Wells, en el estado de Nuevo México y en medio del desierto.
Fueron trasladados en autobús a otro centro a 150 kilómetros de distancia y ubicado en Lordsburg (Nuevo México), de acuerdo al relato de los funcionarios.
Cuando la comitiva llegó allí, el padre alertó de que su hija había estado vomitando y no respiraba, de forma que inmediatamente fue trasladada con fiebre de 41 grados en helicóptero a un hospital infantil de El Paso (Texas), adonde llegó con un paro cardíaco. En el centro sanitario lograron reanimarla, pero murió horas después.
A pesar de las explicaciones del Gobierno, todavía hay muchas preguntas sobre las más de siete horas que pasaron desde que la niña fue detenida hasta que comenzó a sufrir síntomas; los funcionarios de la CBP culparon al padre y afirmaron que tuvo “muchas oportunidades” de alertar del estado de salud de su hija.