SAINT PAUL, MN. Por Marco Dávila.
Estas cosas “woke” de que las familias vivan en paz, de que la clase trabajadora tenga derecho a un salario digno ya a buenos beneficios, eso de que todo joven tenga derecho a estudiar y terminar una carrera o de que la gente pueda tener acceso a cuidado de salud, no, eso no.
Lo de hoy es echarle la maquinaria del Estado encima a los inmigrantes, eso de arreglar el sistema migratorio con una reforma migratoria que incluya todos los aspectos de la in/migración, no, eso seguro es cosa de “liberales woke”.
Lo de hoy es hacer uso de lo podrido que está el sistema migratorio para que los ultraconservadores se pinten a sí mismos como los nuevos “libertadores”.
Lo de hoy es deportar, construir muros, criminalizar personas (la gran mayoría inocentes) y hacer bullying a los más débiles, desde el poder.
Lo de hoy es mantener en el miedo y en la incertidumbre a una parte importante de la fuerza laboral y amenazar a los estadounidenses con despojarlos de su ciudadanía.
Lo de hoy es el constante golpeteo, la normalización de la crueldad y el ensañamiento antiinmigrante.
Lo de hoy es que los dueños de los centros de detención se enriquezcan con la desgracia de muchas personas. Entre más gente y más tiempo puedan estar encerrados, más ganancia para el negocio.
Lo de hoy es, por un lado, ser profundamente antiinmigrante y por el otro lado tener una esposa inmigrante (como el actual presidente y el vicepresidente de los Estados Unidos).
Lo de hoy es que el hombre más rico del mundo, también inmigrante, haya ayudado a Donald John Trump a ganar la presidencia y desde ahí se está impulsando una agenda reaccionaria.
Lo de hoy es hacer uso de tragedias, como el terrible asesinato de la joven Laken Riley, y de ahí aprobar una ley antiinmigrante con el nombre de la víctima.
Lo de hoy es explotar políticamente toda tragedia que ocurre para convenientemente echarle la culpa al inmigrante, y que así parte de la población comienza a sentir más y más resentimiento contra ciertos grupos de personas.
Lo de hoy es que el presidente de Estados Unidos, cometa los crímenes que cometa, no debe pisar la cárcel, no, qué va si él es la persona más honesta, más valiente y el que más ama a su pueblo.
Aunque parezca una simple necesidad (que no lo es), la reforma migratoria sigue siendo indispensable, arreglar el problema en todo su conjunto sigue siendo lo más justo y es claramente necesario.
Por un sistema migratorio más moderno, ordenado, digno y más humano.
Marco Dávila-Canedo | Correo electrónico: maidaca85@gmail.com