MINNEAPOLIS, MN. Por Dr. Montiel.
Según estudios de universidades europeas, específicamente de Inglaterra, las personas que asisten a galerías, museos o conciertos de música clásica tienen un índice de longevidad un 31% mayor que el resto de la población.
Las preocupaciones, las metas que nos trazamos, el trabajo del día a día y las noticias nefastas de la televisión, nos envuelven en un estrés latente y permanente. Componen la mezcla perfecta para deteriorar nuestra salud.
Además de las redes sociales, con la constante atención a lo que pasa fuera de nosotros y la recompensa de los likes o dislikes. Todo ello aumenta el grado de tensión y estrés.
Por el contrario, las cuadros o pinturas, específicamente de estilos como el impresionismo, el abstracto y el escapismo, entre otros, además de la escultura y la música clásica, hacen que los niveles de estrés celular disminuyan entre un 30% y un 40%.
¿Por qué mirar pinturas y visitar galerías alarga la vida?
Longevidad y estrés están íntimamente relacionados. El estrés provoca aumento de la secreción de cortisol, con todo lo que conlleva.
Además, baja los niveles de vitamina D y E, y el complejo vitamínico B se consume más rápidamente. La oxidación celular aumenta a niveles tóxicos, deteriora el ADN, se pierden aminoácidos (o se fabrican defectuosamente) y disminuye la cantidad de serotonina, la hormona de la alegría y la felicidad.
Por el color, las pinturas tienen un tratamiento directo sobre el centro del cerebro. Activan y desactivan centros excitados o dormidos, lo que se conoce como cromoterapia.
Color rojo: energizante, antidepresivo, aumenta la actividad cerebral; violeta: sedativo, relajante estabilizador; azul: estabilizador, tranquilizante; verde: calmante, inductor del sueño y el despeje de la mente; amarillo: estimulante del sistema nervioso parasimpático y activador del sistema digestivo; rosa: aumenta la ilusión y la esperanza; turquesa: estabilizador.
Todo lo anterior hace que involucrarse con las artes pueda mejorar el bienestar físico y mental de una persona, incluida la depresión, la demencia, el dolor crónico y la debilidad. Aumenta la creatividad, disminuye el riesgo de hipertensión arterial, crece la circulación cerebral, disminuye los ataques de pánico y el estrés, ayuda contra el insomnio, aumenta la capacidad de socializar, potencia la memoria, aumenta la energía corporal, mental y la autoestima, mejora la fibromialgia…
Hay que recordar que somos emociones, y estas a su vez crean cambios en nuestra biología. Por ello, debemos volver a amar las pinturas y visitar galerías de arte. Además de desconectar, al caminar hacemos una actividad física media y nos estimulamos con todas esas maravillas que nos alargan la vida.