MINNEAPOLIS, MN
Los jóvenes inmigrantes conocidos como “soñadores” sufren por el futuro incierto del programa DACA que hasta ahora los ha protegido de la deportación y hasta dudan en hacer los trámites para renovarlo, pues temen caer detenidos y acabar deportados.
“Temo que la puerta se está cerrando, cada vez se ve menos luz, es frustrante, de un momento a otro se podría perder el DACA y eso acabaría con mi futuro y el de mi familia”, dijo a Efe María del Carmen Juárez, inmigrante mexicana y madre de dos niñas ciudadanas estadounidenses.
Juárez, de 28 años, está protegida por el programa de Acción Diferida para Personas Llegadas en la Infancia, conocido como DACA, una medida del Gobierno de Barack Obama que le permite trabajar y contar con una licencia de conducir en el estado de Arizona.
La inmigrante mexicana, quien trabaja en un supermercado de Tucson (Arizona), se debate entre renovar nuevamente su permiso o no.
“Mi mayor temor es que el gobierno del presidente (Donald) Trump finalmente termine con el programa y que los ‘soñadores’ nos volvamos blanco de las deportaciones”, dijo Juárez.
Para Juárez, la administración de Trump ha demostrado que no tiene ningún tipo de consideraciones por nadie y le preocupa que los “soñadores” como ella puedan ser el siguiente “blanco” de la “maquinaria” de deportaciones.
Esta joven madre reconoce que sería muy difícil “regresar a las sombras”, especialmente en un estado como Arizona que cuenta con regulaciones severas en contra de los inmigrantes indocumentados.
En las últimas semanas organizaciones que trabajan a favor de los soñadores han iniciado una campaña en las redes sociales para pedirles que renueven sus permisos de DACA, especialmente si vencen antes del año 2020.
“Entiendo el temor, renovar el DACA es una decisión de cada persona, pero considero que deben de hacerlo, el Gobierno ya tiene su información, eso no va a cambiar y hay que tratar de tener esta protección por lo menos otros dos años más”, dijo a Efe César Vargas, cofundador de la Coalición del Acta Sueño y abogado de inmigración.
Debido al fracaso del Congreso en aprobar una legislación que otorgue finalmente un estatus migratorio a los aproximadamente 700.000 jóvenes acogidos al programa, el futuro de DACA se encuentra ahora en manos de las cortes.
Se anticipa que tan pronto como la próxima semana el juez federal, Andrew S. Hanen, de la Corte Federal en Houston (Texas) podría emitir una decisión en la demanda liderada por ese estado junto a otros siete contrarios a DACA.
Los demandantes piden poner el fin al programa con el argumento de que el presidente Obama abusó de su autoridad e impuso una fuerte carga financiara a los estados que deben pagar el costo de la inmigración indocumentada cuando creó DACA en el año 2012 por medio de una orden ejecutiva.
Debido a que Hanen fue el mismo juez que frenó la implementación de una ampliación del programa de DACA y el programa de DAPA, que hubiera protegido de la deportación a los padres de los “soñadores”, los activistas tienen pocas esperanzas de que el tribunal en Texas falle a favor de los jóvenes migrantes.
“En caso de que Texas falle en contra de DACA, entonces tendríamos decisiones contradictorias que estarían en conflicto una con la otra”, explicó Vargas.
En California y Nueva York, jueces federales han ordenado al gobierno de Trump mantener el programa y permitir que aquellos que ya cuentan con esta protección poder seguir renovando sus permisos.
Por el momento el gobierno federal esta cumpliendo con estas órdenes, pero está apelando las decisiones.
Vargas considera que al final será probablemente la Suprema Corte la que diga la última palabra sobre el destino de DACA, algo que, en su opinión, podría pasar hacia finales del 2019.
“Mientras tanto creemos que el programa se mantendrá, por eso estamos pidiendo a todos aquellos que pueden, que renueven su DACA”, enfatizo Vargas, quien recomendó a cada soñador asesorarse legalmente antes de mandar su solicitud de renovación, especialmente si han tenido problemas legales.
Miguel Gonzales, un inmigrante mexicano de 22 años, ya está preparando su paquete de renovación, según dice a Efe, esperanzado por la posibilidad de que en las elecciones legislativas de noviembre se logre un cambio en el Congreso que sea “mas favorable” a los “soñadores”.
“Se que es frustrante para muchos tener que estar renovando, siempre con el miedo de que quizás puede ser la última vez, que se termine todo y estemos en riesgo de ser deportados, pero no tenemos otra opción, por el momento es el único camino que tenemos”, subrayó.