MINNEAPOLIS, MN
Este martes se llevó a cabo acaso la jornada más significativa en la selección de los candidatos a la presidencia por cada partido, con la realización de elecciones primarias y asambleas electorales en Georgia, Vermont, Virginia, Alabama, Massachusetts, Oklahoma, Tennessee, Alaska (para el partido republicano tan solo), Texas, Arkansas, Minnesota y Colorado (sólo para el partido demócrata). Tradicionalmente, quien resulta vencedor en esta jornada, se perfila firmemente como candidato por su partido.
En Minnesota, con las asambleas partidistas cerrando sus conteos en este momento, se anuncian los triunfos de Bernie Sanders, por el partido demócrata, y Marco Rubio, por el lado republicano. El caso de Sanders no sorprende, pues siendo Minnesota un estado liberal, y al que se le ha considerado como nicho para el arribo de jóvenes liberales de todo el país, era de esperarse que Sanders lograra triunfar. Eso quedó de manifiesto cuando el candidato más liberal del espectro político hoy día, visitó en diversas ocasiones el estado, en tanto que Hillary Clinton no tuvo tal presencia. Los resultados hablan por sí mismos, cuando Sanders alcanzó, hasta este momento, más del 59 por ciento de las preferencias, frente a menos del 41 por ciento para Clinton.
Marco Rubio, sin embargo, no habría logrado ninguna victoria hasta hoy, con lo que Minnesota parece enviar un mensaje interesante a la nación, acaso expresando que la radical postura de Donald Trump no es bienvenida en este contexto. Vale mencionar que incluso, quien lidera en muchos otros frentes la carrera por la nominación republicana, quedó situado en tercer lugar, cerca de 8 puntos porcentuales detrás de Ted Cruz, quien obtuvo el segundo sitio con el 29 por ciento de las simpatías expresadas. Rubio logró el 36.4 por ciento.
Clinton logró victorias en Georgia, Virginia, Alabama, Massachusetts, Tennessee, Texas y Arkansas.
Colorado, Minnesota, Oklahoma, y Vermont (en donde ha sido gobernador), siendo asegurados por Sanders.
En el lado republicano, Trump se alza victorioso en Georgia, Virginia, Alabama, Massachusetts, Tennessee, Vermont y Arkansas. Cruz se ha declarado vencedor en Texas y Oklahoma, con Rubio, como se ha dicho, triunfando en Minnesota. Hasta el momento de esta nota, en Alaska no se habría proyectado triunfador.
Si las tendencias se mantienen como parecen indicar, parece claro que el candidato del partido del elefante será el empresario Donald Trump, quien ha basado su campaña en el uso de frases directas en contra del sistema, tal y como lo espera mucha gente que se posiciona en el espectro radical de derecha, y que ha logrado ya levantar un ambiente de confrontaciones constantes e inevitables acaso.
En el otro lado de la rivera, el panorama no es tan claro, pues Sanders continúa recogiendo simpatías de quienes también están desencantados con el statu-quo, pero en el otro extremo del panorama político. Y, tal y como se puede ver en los medios sociales, aún restan por manifestarse entidades que se consideran liberales, como es el caso de California, y que cuentan por un número significativo de delegados, y que muy probablemente quienes expresen sus preferencias por uno u otra candidatos, lo harán por Sanders.
Interesante, en este contexto, una encuesta de CNN publicada hoy mismo, en la que en un escenario posible en el que los candidatos presidenciales fuesen Clinton o Sanders frente a Trump, cualquiera de los demócratas vencería al republicano, acaso con Sanders asegurando una ventaja más clara. Y el hecho que de Sanders cuente con un mayor número de opiniones positivas en la misma encuesta, podrá acaso incidir en los resultados por venir, y así dejándonos atestiguar la confrontación de dos posiciones radicales que han atraído a una mayoría de simpatizantes.
En su momento, quien resultase vencedor en ese posible escenario, se verá en la necesidad de negociar con quienes constituirán la oposición. Lo cierto es que este súper martes parece serlo más claramente para Trump, y no resultó así para Hillary Clinton, como algunos analistas anticipaban.
En Minnesota, y como se ha podido constatar en múltiples mensajes en los medios sociales, los electores de comunidades de color han mostrado poca participación, y acaso ello se convierta también en un factor a considerar cuando llegue el momento de elegir al nuevo presidente. Por ello, el mensaje que se ofrezca tendrá que ser efectivo, para atraerles, no como ha ocurrido hoy, al menos en Minnesota.
