MINNEAPOLIS, MN
Se trata de $2 millones de dólares los que el Concejo de la ciudad ha comprometido para apoyar la remodelación del área frente al nuevo estadio de los Vikingos de Minnesota; eso quedó de manifiesto en la presentación del proyecto, el pasado mes de enero. En el documento que justificaba la inversión de la ciudad, se estimaba que el proyecto debiera ser financiado por diversas fuentes, incluyendo inversión privada, apoyo de la ciudad y recolección de dinero por parte de donaciones individuales.
Y han sido precisamente esos donantes los que han causado revuelo, al expresar querer tener una participación más obvia de los beneficios que genere el parque, limitando la capacidad de repago del proyecto, tal y como fue presentado en el Concejo. Esto se traduce en que el gobierno de la ciudad deba tener mayor participación y responsabilidad en el costo total del proyecto.
En términos absolutos, y concretos, la propuesta presentada por la ciudad supone una inversión directa de $1.5 millones de dólares, que serían destinados directamente a la demolición del edificio que hoy ocupa aun el espacio en donde estará el parque, y que pertenecía al diario local Star Tribune. El terreno sería limpiado por la misma ciudad, y los escombros removidos.
Los restantes $500 mil dólares provendrían de la reasignación de fondos dentro del presupuesto de la ciudad.
Este viernes 11 de septiembre se decidirá si se aprueba o no el ejercicio de dicho gasto, que en el papel aparece como un sitio atractivo y que servirá para propósitos múltiples, fuera de los intereses exclusivos de quienes poseerán el estadio. La inversión se esperaba se recuperaría a partir de los ingresos que generarán los estacionamientos aledaños y cercanos al área.
Y es aquí donde el debate comienza, pues miembros del Concejo sugieren que dicho ingreso sea utilizado en otros proyectos, tales como mejoras en áreas para peatones, ciclistas e incluso vehículos que circulan y conviven en la ciudad. En otros momentos, previos todos, la ciudad ha reconocido la necesidad de cumplir con dicho compromiso, más sin embargo no ha establecido las fuentes de financiamiento con que se contará, ni el tiempo en el que se ejecutará.
“Ciertamente hay asuntos de infraestructura en el área inmediata [al sitio donde se proyecta la construcción del parque], y una larga lista de buenos deseos en cosas que desearíamos poder generar el espacio más amigable y accesible para todos,” señaló la concejal Elizabeth Glidden.
En otro flanco de la serie de problemas, la organización Green Minneapolis habría sido comisionada para colectar, mediante donaciones, $22 millones de dólares para la construcción del proyecto completo. Al reportar al Concejo, el jefe de personal de mayor jerarquía, John Stiles, dijo que quienes están dispuestos a contribuir con apoyo monetario, demandan que la ciudad invierta en otros proyectos.
En el trabajo de colectar fondos, se ha logrado ya contar con $7 millones, dentro de la meta de lograr los $22 que costaría en su totalidad el parque. De ellos, $2 millones serían cubiertos por la Ciudad de Minneapolis, por concepto de diseño del parque. Ante ello, Glidden expresa consternación al dejarse de lado otros proyectos prioritarios, y acaso más urgentes que el parque.