SAINT PAUL, MN
Los latinos expuestos a la polución por sus trabajos son más propensos a presentar anormalidades en la estructura y funcionamiento del corazón que pueden generar enfermedades cardiovasculares, muestra un estudio presentado este miércoles.
La investigación de la Asociación Americana del Corazón (AHA), que examinó cerca de 800 trabajadores latinos en áreas tan diversas como Nueva York, Chicago, Miami o San Diego encontró que -por ejemplo- la exposición a la quema de madera o al humo de madera quemada disminuye en un 3,1 % la capacidad para bombear sangre del ventrículo izquierdo de estos operarios.
Al señalar que otros estudios se han enfocado en la exposición a factores ambientales en lugares de residencia en donde los latinos “han tenido escasa representación”, Jean Claude Uwamungu, miembro en entrenamiento en cardiología en el Colegio de Medicina Albert Einstein en El Bronx, Nueva York, destacó el nuevo enfoque de este análisis.
“Analizamos específicamente a una población de adultos hispanos y latinoamericanos para evaluar la relación entre la exposición en el lugar de trabajo y su salud cardíaca”, señaló Uwamungu, coautor del estudio.
LOS PESTICIDAS, UN PELIGRO
La exposición ocupacional a los pesticidas -frecuente en importantes áreas agrícolas como el Valle Central de California- se asoció con una “tensión longitudinal global anormal del ventrículo izquierdo”, que disminuye la capacidad de este ventrículo para contraerse.
Como consecuencia de la anormalidad, la exposición a los pesticidas puede “aumentar el riesgo de sufrir cardiopatías y accidentes cerebrovasculares”, explicó el reporte publicado este jueves en la revista científica de AHA.
El reporte confirmó datos anteriores que muestran que respirar el denso humo causado por los incendios puede aumentar el riesgo de sufrir un paro cardíaco inesperado.
De igual forma, la exposición en el trabajo a los gases emitidos por vehículos se relacionó con una reducción de la función sistólica del ventrículo derecho y una disminución de la tensión longitudinal del ventrículo izquierdo, ambos indicadores de la capacidad de bombeo del corazón.
Los investigadores encontraron que las personas expuestas a la quema de madera, los gases de los exostos de los vehículos, los pesticidas y los metales y que se han desempeñado su trabajo por muchos tiempo (18 años en promedio) son más propensos a tener características anormales de estructura y funcionamiento del corazón.
Las relaciones negativas como consecuencia de la exposición a humos tóxicos “no variaron significativamente entre fumadores y no fumadores, lo que sugiere que existen asociaciones independientes” entre estas exposiciones y las fallas del corazón, anotó en declaración a Efe Krista Perreira, coautora del reporte.
PISTAS PARA CAMBIO DE POLíTICAS
Uwamungu resaltó que “las políticas y medidas para proteger el medio ambiente y salvaguardar la salud de los trabajadores” pueden reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares como la insuficiencia cardíaca.
Disminuir este riesgo es de importancia “especialmente entre ocupaciones de bajo ingreso que tienen un mayor índice de exposición a estos agentes contaminantes nocivos”, agregó el investigador.
Entre las recomendaciones se sugiere que los profesionales de la salud pregunten rutinariamente a los pacientes sobre la posible exposición a contaminantes en su trabajo “para guiar la prevención, el diagnóstico y el tratamiento en etapas tempranas de las enfermedades cardiovasculares”.
El análisis evaluó la condición cardíaca de 782 trabajadores adultos que formaron parte del Estudio de Salud de la Comunidad Hispana/Estudio de Latinos (HCSL/SOL).
La edad promedio de los participantes en el estudio fue de 52,9 años; el 52% eran mujeres; y el origen de todas las personas analizadas era mexicano, puertorriqueño, cubano y dominicano, así como de otros países centroamericanos o suramericanos.
No obstante, los autores indicaron el estudio presenta algunas limitaciones, como que era “sólo de observación” y que los participantes informaban sobre su exposición a los contaminantes.
“Sin embargo, los hallazgos de este estudio son importantes para la salud pública debido a los posibles daños cardíacos que implica la exposición ocupacional de largo plazo a estos agentes contaminantes”, concluyó Uwamungu.