MINNEAPOLIS, MN
Los Defensores de Derechos Humanos (AHR, por sus siglas inglés) en el estado revelaron ayer un reporte donde denuncian el crecimiento en el tráfico de mano de obra y explotación laboral en Minnesota.
Por Karla Rentería
El reporte resalta el abuso y ofrece soluciones a este problema que afecta a más de 21 millones de personas en el mundo.
Michele Garnett McKenzie, representante del director de los Defensores de Derechos Humanos, dijo “tenemos que poder identificar cuando el tráfico esta pasando y cuando las personas son victimas de crímenes de tráfico humano y este es uno de los principales problemas que hemos encontrado aquí en Minnesota es que no podemos detectar el tráfico de mano de obra aun cuando esta pasando.”
Dijo que en el reporte encontraron casos donde se les ha negado el pago a los trabajadores y periodos de descanso e incluso donde los trabajadores han sido amenazados con inmigración para mantener a los trabajadores callados.
Garnett McKenzie dijo que muchas de las víctimas se esconden en industrias que están detrás de escenas o lo que ella llama “invisibles” y que son vulnerables a amenazas por parte de sus empleadores, incluyendo abuso sexual.
La AHR dijo que en su investigación encontraron que se reportaron 17 incidentes en Minnesota, en el que se vieron involucradas 36 víctimas en los últimos 5 años.
De acuerdo al reporte, los trabajadores extranjeros resultan ser los más explotados por su trabajo, pero también encontraron que los ciudadanos de Estados Unidos y residentes legales permanentes no son inmunes al tráfico.
AHR dijo que la explotación laboral esta particularmente “extendida” en Minnesota con trabajadores inmigrantes con salarios bajos y con un mayor riesgo de ser explotados.
La Asociación recomienda para hacer conciencia sobre este problema: una campaña pública a nivel estatal para crear conciencia y hacerla en varios idiomas. Así como el entrenamiento por parte de agencias gubernamentales a organizaciones en las comunidades, sobre todo a las que tienen problemas con los trabajadores y sus lugares de trabajo, para que puedan reconocerla.
A nivel federal, los oficiales de inmigración necesitan un mejor entrenamiento y protocolos de revisión “para poder identificar a las víctimas de tráfico humano y explotación laboral” antes de deportarlos a sus países de origen.