Eden Prairie, MN. Por Karla Rentería
El choque entre supremacistas blancos y sus opositores en Charlottesville, Virginia ha removido muchos sentimientos entre los habitantes de este país y ha sacado a flote lo que por tanto años había permanecido dormido.
Las manifestaciones públicas de odio, racismo y fanatismo ha causado incluso, declaraciones nulas y contradictorias por parte del presidente Donald Trump, el sábado cuando se dirigió a la nación para dar su parte de los acontecimientos, no se atrevió a condenar a los grupos supremacistas, ni siquiera a llamarlos por su nombre, culpando a “muchas partes” por el conflicto.
El domingo, el presidente permaneció en silencio.
Después de muchas muestras de descontento, el lunes, Trump condenó la actuación de los supremacistas blancos, a los miembros del KKK y a los neonazis que provocaron la violencia.
En una improvisada conferencia de prensa, ayer el presidente Donald Trump, defendió su retraso de 48 horas para denunciar a los supremacistas, diciendo que se tomó su tiempo por que no conocía los hechos.
“Quería estar seguro, al contrario de muchos políticos, de que lo iba a decir era lo correcto, no hacer un comentario apresurado” y dijo que su comentario inicial había sido la “declaración correcta”. “No quería hacer un comentario rápido, tan sólo por hacer una declaración política.”
“Creo que la culpa es de las dos partes,” dijo Trump durante una polémica rueda de prensa en el vestíbulo de su edificio en Midtown Manhattan.
A pregunta expresa de uno de los reporteros: “¿que hay de los de ‘ultra izquierda’ que atacaron o como usted dice la ‘ultra derecha’ tienen algo de culpa? A lo que Trump contestó con otra pregunta: ¿Qué pasa con el hecho de que llegaron cargando palos de golf, agitándolos, hay algún problema con eso? Yo creo que si”
Y añadió: “Tenemos a un grupo de un lado que fue malo y tenemos a otro grupo del otro lado que también fue muy violento. Nadie quiere decirlo, pero lo voy a decir ahora mismo.”
Posteriormente, el presidente calificó al conductor del automóvil que se abalanzó sobre la multitud matando a una mujer, como un “asesino” y una vez más culpó a ambos lados por la violencia.
“Lo pueden llamar terrorismo, lo pueden llamar asesinato. Lo pueden llamar como quieran. El chofer del automóvil es un asesino y lo que hizo fue algo inexplicablemente horrible, horrible.”
Y lo que se suponía que sería un evento de rutina en la Torre Trump en Nueva York para promocionar el plan de infraestructura del presidente, se convirtió en uno de los más surreales momentos políticos en años.