MINNEAPOLIS, MN
Al presidente estadounidense, Donald Trump, le sorprendió la fuerte polémica generada por su plan de celebrar en uno de sus clubes de golf la próxima cumbre de líderes del G7, porque “considera que sigue en el negocio de la hospitalidad”, aseguró este domingo la Casa Blanca.
El jefe de gabinete interino de la Casa Blanca, Mick Mulvaney, trató de explicar qué llevó al ex magnate inmobiliario a elegir su club de golf en Miami (Florida) como sede de la cumbre anual del G7 en 2020, y a anunciar tres días más tarde que finalmente la cita se celebraría en otro lugar de Estados Unidos.
“Le sorprendió verdaderamente el grado de polémica” que generó la selección de Trump National Doral, aseguró Mulvaney en una entrevista en el programa de televisión “Fox News Sunday”.
“Al fin y al cabo, (Trump) sigue considerando que está en el negocio de la hospitalidad, y vio una oportunidad de hacer de anfitrión con los principales líderes del mundo, y quería organizar el mejor espectáculo posible, la mejor visita que pudiera, y la idea de hacerlo en Doral le generaba mucha confianza”, añadió.
El presentador del programa, Chris Wallace, le preguntó entonces por qué Trump cree que sigue en el negocio hospitalario si es el presidente de Estados Unidos, y Mulvaney respondió que a todo el mundo le queda algo de su “experiencia” anterior, y el mandatario “está en el negocio de los hoteles, o al menos lo estaba”.
Mulvaney, que se encargó de anunciar el pasado jueves la selección del club de golf de Trump como la sede de la próxima cumbre, dejó entrever que el presidente sigue sin entender por qué su decisión causó revuelo, aunque sabe “que la gente piensa que da una impresión muy mala” en términos de conflictos de interés.
Trump anunció en un tuit el sábado que daba marcha atrás a su plan de celebrar el G7 en su club “debido a la loca e irracional hostilidad de los medios de comunicación y los demócratas”.
El mandatario opinó que su club era “mejor que otras alternativas” y que él estaba dispuesto a organizar el G7 allí “sin NINGÚN BENEFICIO o, si era posible legalmente, con un COSTE CERO para los Estados Unidos”.
Cuando ganó las elecciones en 2016, el exmagnate inmobiliario cedió a sus dos hijos varones mayores el control de la Organización Trump, pero no liquidó sus intereses en esos negocios, y su mandato ha estado salpicado de indicios de que podría lucrarse gracias a su cargo.
El anuncio sobre el G7 fue señalado por expertos en ética gubernamental como el ejemplo más flagrante de un posible conflicto de interés, especialmente porque los ingresos de Trump National Doral han caído el 69 % en los últimos dos años y la organización de la cumbre allí habría contribuido a reflotar el negocio.
Pero aunque Trump justificó su decisión por las críticas de la oposición demócrata, lo cierto es que varios miembros de su propio partido le habían criticado ya por haber elegido Doral para el G7.
Para muchos republicanos que estaban haciendo equilibrios para defender tanto las presiones de Trump a Ucrania que pueden merecerle un juicio político como su orden de retirar las tropas estadounidenses del norte de Siria justo antes de la ofensiva turca, la suma de la controversia sobre Doral resultó ser demasiado.