SAINT PAUL, MN
La organización Pew Research, que se ha consolidado como fuente de información en materia de análisis demográfica, ha presentado los resultados de un estudio de datos censales a fin de identificar la configuración del electorado que participara en el próximo proceso de selección de presidente de este país, y otros cargos públicos.
En el reporte presentado, los jóvenes que se han identificado como parte de la generación Milenio, representa un segmento importante que en su momento será muy importante al decidirse los resultados finales. Sin embargo, indica el grupo liderado por Jens Manuel Krogstad, esta distribución de votantes es más clara entre los electores hispanos, donde los que caen en esta categoría alcanzan el 44 por ciento de los 27.3 millones de personas que podrán ejercer su derecho a voto. Entre la generación X, solo el 26 por ciento son representados entre este grupo, y los llamados Baby-Boomers, alcanzan el 22 por ciento. Personas que entran en el grupo de edad más avanzada, o generación “silenciosa”, son sólo el 7 por ciento.
Esta configuración es lógica, en la medida en que la hispana o latina es una población en promedio joven. Y contrata con la distribución que tiene la población blanca de electores, con una distribución de 27 por ciento, 24 por ciento, 34 por ciento y 15 por ciento para los mismos grupos generacionales.
Estos datos dan cuenta también de un crecimiento notable en el número de personas de origen latino que tendrán la posibilidad de participar en el proceso electoral este año, y que continuará creciendo a lo largo de los próximos veinte años.
Pese a dicho crecimiento, el impacto que este sector de la población pueda tener en las elecciones del 2016, será limitado. Y es que, sostienen los autores, aun cuando el electorado latino, que se ha inclinado al partido demócrata en las elecciones presidenciales en las últimas décadas, es el que mayor dinamismo demográfico muestra, y alcanza mayores niveles educativos, se ha caracterizado por ser un grupo con muy baja participación en los procesos electorales.
Adicionalmente, la influencia que pueda tener en los resultados del conteo electoral se ha dispersado a nivel nacional y ha mostrado incremento tan sólo en algunos estados de la nación norteamericana.
El crecimiento registrado de este sector, permite proyectar que el total de las personas que tendrán derecho a ejercer el voto entre latinos, representará el 11.9 por ciento de todos los votantes elegibles, muy cerca a los de origen afroamericano, que representan el 12.4 por ciento.
“Como resultado, el voto latino puede estar preparado para tener un gran impacto en las elecciones presidenciales del 2016. Sin embargo, por muchas razones, los votantes latinos serán una vez más pocos, en comparación con la participación que se registrará entre otros grupos,” indican los autores del reporte.
En Minnesota, el panorama es complejo, pues el estado no se cuenta entre los que han observado mayor concentración de votantes latinos. Incluso, en tanto que la población latina en la entidad representa el 5.1 por ciento del total, los votantes elegibles de este origen apenas figuran para alcanzar el 2.4 por ciento de quienes tienen derecho a votar. Esto es, no más de 90 mil personas en Minnesota podrán participar en la votación. El mismo estudio estima que la participación máxima en procesos electorales entre estos, alcanza apenas el 34.7 por ciento, y lo más típico es ver incluso menores porcentajes de participación.
El proceso electoral de este año se presenta como uno en el que será muy importante que se dé la mayor participación posible entre electores latinos, especialmente ante la creciente xenofobia en los discursos de algunos de los candidatos. Y si bien el peso que los votantes latinos tienen en el resultado de las votaciones en el estado, las voces de estos representan la de más de 270,000 residentes en Minnesota, y podrían hacer suficiente ruido para ser escuchados.