MINNEAPOLIS, MN
Uno de los símbolos del estado de Minnesota es la mariposa Monarca, que año con año vuela sobre el estado en dirección a México, en uno de los fenómenos migratorios de animales más espectaculares que se tenga registro.
En los últimos años, tristemente, se ha observado una disminución dramática en el número de dichos lepidópteros que se reproducen tradicionalmente en el centro del país vecino en el sur. Por ello, se ha impulsado un esfuerzo para atraer a las mariposas mediante el cultivo de plantas nativas, y ciertas flores, lo cual auxiliará a las Monarca a descansar antes de emprender una nueva etapa en su recorrido.
Pero si ese esfuerzo no es suficiente. Fiona Lennox, de Minneapolis, ha desarrollado una actividad que ha llamado poderosamente la atención de vecinos y extraño. Dicho trabajo es singular y difícil porque Lennox destina gran parte de su tiempo a alimentar a un grupo de comedores delicados (muy demandantes en la calidad y cantidad de los alimentos). Se trata de las mismas mariposas Monarca, quienes consumen un alimento muy exclusivo: el milkweed o algodoncillo.
Recientemente, de la misma forma en que lo ha hecho a diario a partir del momento en el que las Monarcas han llegado al estado, en junio, Lennox ha dedicado enormes esfuerzos a buscar algodoncillo, que comúnmente es podado o retirado de los parques y jardines sin pensarlo siquiera. La busca que ha emprendido esta mujer de 49 años de edad le llevó a algunos callejones en el sur de la ciudad de Minneapolis, en bulevares que los que no se han removido sus plantas invasoras en incluso jardines privados en algunas casas.
“Soy como una madre,” expresó Lennox. “Me voy a asegurar de que mis hijos tengan el mejor resultado para continuar su viaje.”
Esta busca de alimentos para las mariposas puede también verse como una misión para rescatar los huevecillos de las mariposas. De acuerdo con estudios basados en observación que se han llevado a cabo en torno a las Monarcas, las probabilidades de sobrevivencia en ambientes “salvajes” en su viaje, llegan apenas al 10 por ciento. Por ello, y para incrementar sus probabilidades de que las mariposas alcancen la etapa adulta, Fiona colecta los huevecillos, los cría en su propia casa, y libera a los productos una vez que se han convertido en mariposas.
Lennox, una consultora de negocios, ha dedicado todo su tiempo a esta actividad, convencimiento y tesón, por lo que ha decidido tomar un período sabático, alejándose de su trabajo cotidiano, a fin de permanecer en casa y cuidar de sus “hijos” de alas color naranja.
“Sería muy triste el contar con la Monarca como la mariposa del estado de Minnesota, y que no contemos con alguna mariposa que se aparezca en nuestro estado,” dijo Lennox.
La casa de Lennox es el centro de operaciones de dicha tarea, ocupando la oficina con que cuenta en el inmueble, e incluso en otras áreas dentro de su hogar. Y si bien el plan inicialmente no era llegar a alimentar a tal número de mariposas, pero ellas llegaron. De ahí que Lennox destine la mitad del día en el cuidado de las mariposas.
Cada oruga recibe algodoncillo fresco, imperativo para la sobrevivencia de las Monarcas. Las mismas depositan sus huevecillos en la planta, que es el único alimento que las larvas pueden ingerir. Algunas vecinas se han sumado al esfuerzo, y se espera que sea un ejemplo a seguir para rescatar a tan hermoso animal en el estado, y en su viaje a México.