MINNEAPOLIS, MN
Si a Estados Unidos (EEUU) le quitásemos toda la influencia de lenguas, modos y costumbres de otros países y culturas, sería un simple pedazo de tierra (robada) habitada por individuos que aun con armas, con dinero y con poder político carecerían de “ese algo” que ha convertido a EEUU en el imperio más poderoso de los últimos tiempos.
Conforme la raza latinoamericana crece numéricamente dentro de EEUU, los angloestadounidenses más reaccionarios y conservadores se ponen nerviosos. Les pone los pelos de punta el hecho de que el latinoamericano cuente con una identidad cultural única, milenaria y muy difícil (o imposible) de borrársele. Les aterra el verse desplazados.
¿Qué se le pide exactamente al latinoamericano indocumentado cuando se habla de que éste debería integrarse a la cultura estadounidense en su totalidad? ¿Se le exige que se vuelva europeo?, ¿blanquear su piel?, ¿renunciar a su religión o creencias?, ¿avergonzarse de la bandera de su respectivo país?, ¿renunciar a su cultura madre?, ¿renunciar a su idiosincracia?
Cómo espera el gobierno de EEUU (sea demócrata o republicano) una integración total del latinoamericano indocumentado a la cultura estadounidense si se la pasa aprobando leyes anti inmigrantes.
El avance del latinoamericano indocumentado dentro de EEUU le conviene a todos, le conviene al gobierno, le conviene al ciudadano, le conviene al latinoamericano con papeles y, en general, le conviene al país. El angloestadounidense reaccionario, voz más fuerte entre los anti inmigrantes, no tiene nada que temer en cuanto al avance y desarrollo del latinoamericano. El angloestadounidense reaccionario debería, más bien, cuidarse de su gobierno de doble moral, debería más bien cuidarse de las corporaciones que, en nombre de la ganancia económica, son capaces de cualquier cosa.
El latinoamericano indocumentado debe seguir sintiéndose orgulloso de su más profunda identidad, orgulloso de ser quien es, orgulloso de lo que ha logrado y de lo que seguirá logrando dentro de EEUU, deberá seguir luchando día a día por ser mejor para llegar a ser respetado por todos, respetado aun por los angloestadounidenses más reaccionarios y conservadores.