En un partido muy vibrante, los Rams de Los Ángeles, cayeron derrotados por los Vikingos de Minnesota por un marcador de 24 a 7; en donde el poderío de la ofensiva vikinga comandada por su mariscal de campo, Keenum, logró desempatar el juego en el último cuarto.
La victoria de los Vikings sobre los Rams de Los Angeles, en un enfrentamiento de dos de los tres equipos empatados en el segundo mejor récord en la NFC, vio a los Vikings afirmarse como contendientes legítimos en la conferencia cuando comienza el tramo más difícil de la temporada.
El triunfo los ayudó a mantener una ventaja de dos juegos en la NFC Norte sobre los Detroit Lions (a quienes los Vikings enfrentarán en el Ford Field en Acción de Gracias). Los Vikings han asegurado ventajas de desempate sobre los New Orleans Saints, quienes también mejoraron a 8-2.
Jugado ante una multitud vociferante de 66.809 en el U.S. Bank Stadium, el juego se sintió como si hubiera sido un enfrentamiento de playoffs un enfrentamiento único que los fanáticos de los Vikings hayan presenciado en los 15 meses de vida que tiene el nuevo estadio.
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— Minnesota Vikings (@Vikings) November 19, 2017
La defensa Vikings mantuvo la controlada a la ofensiva de los Rams, que había anotado 117 puntos en los tres partidos anteriores, a siete puntos y menos de 200 yardas de ofensiva total en los primeros 50 minutos del juego. El corredor Todd Gurley logró solo 37 yardas en 15 acarreos, con ninguna de sus carreras cubriendo más de 8 yardas, y los Vikings evitaron que los Rams encontraran al corredor en los tiros cortos que han usado con gran efecto esta temporada.
Mientras que la ofensiva de los Vikingos, Case Keenum fue lo suficientemente eficiente, evitó un gran error en un par de lanzamientos que podrían haber sido interceptados. Keenum completó 27 de sus 38 pases para 280 yardas, con 65 de ellos en una jugada, mientras Adam Thielen convirtió un tiro corto en el marcador que puso a los Rams fuera con 10 minutos y 14 segundos restantes.