SAINT PAUL, MN
Proveedores de cuidado infantil violan reglas, poniendo la seguridad de los niños en riesgo.
Es muy común ver a lo largo del camino, cuando nos dirigimos a nuestros sitios de trabajo, el ver letreros frente a distintas casas, muchas de ellas similares a las nuestras, que señalan contar con la certificación legal para operar como centros de cuidado infantil o guarderías. Desafortunadamente, una reciente auditoría federal ha encontrado evidencias en el sentido de que ello no necesariamente funciona.
Equipo de limpieza, incluyendo jabones y desinfectantes, además de otras sustancias que pueden resultar tóxicas, se encontraron todas estar al alcance de los niños que en esa casa eran “cuidados”. Para agregar mayores razones de preocupación, se encontró también que había alimentadores de corriente eléctrica que no se encontraban apropiadamente cubiertos. Muchos fueron los casos en los que los cuidadores de niños no contaban con conocimientos mínimos sobre métodos de resucitación de emergencia (CPR) o mínimo entrenamiento de primeros auxilios. Las cocinas se encontraban sucias, desordenadas y en muchos casos con cuchillos al alcance de los infantes.
Responsable del reporte lo fue la Oficina del Inspector General del Departamento de Salud y Servicios Humanos (DHHS). El reporte se encuentra disponible para el público en general en el sitio http://oig.hhs.gov, y en él se explica que se practicaron 24 auditorías a personas que reciben dinero del DHHS para operar al frente de sus guarderías, bajo el formato de Head Start. El propósito era:
“Determinar si existían riesgos se seguridad y salud de la misma forma que podrían presentarse en proveedores de cuidado de niños que reciban fondos del CCDF [Fondo de Cuidado y Desarrollo Infantil], refiriéndose a 20 familias que contaban con licencia para operar [como guarderías] y grupos de hogares, con fondos distribuidos a lo largo del estado.”
Entre los hallazgos reportados, 19 de las 20 familias auditadas no cumplían con los requerimientos de seguridad y de cuidado de la salud estipuladas por la ley, con violaciones en al menos 1 o más de los requerimientos establecidos en el estado. En particular, esos 19 proveedores de cuidado infantil no siempre cumplían con los lineamientos existentes en materia de seguridad y condiciones físicas de los hogares en donde se brinda el servicio. Asimismo, 9 proveedores no cumplieron con el requerimiento relacionado con mantener registros y supervisión constante.
Resulta sorprendente que algunos de los sitios auditados llegan a incumplir hasta con 11 requerimientos, en tanto que otros ignoraban 8, 7, 6 o 5. Solo uno de los proveedores con licencia mostró cumplir con todos los requerimientos que suponen seguridad en caso de incendio, buenas condiciones físicas, reportes y registros de empleados, supervisión. Así, pese a que el DHHS condujo las inspecciones requeridas para otorgar licencias, no se aseguró de que los proveedores cumplieran sistemáticamente con los requerimientos exigidos. A forma de justificación, el Departamento de Salud y Servicios Humanos argumenta que la carga de trabajo les impide cumplir con el seguimiento de los proveedores.
“Debido a que los inspectores se encontraban como responsables de demasiados proveedores, se encontraban bajo extrema carga de trabajo, lo cual limitaba el monto de tiempo que podría dedicarse a cada inspección,” se lee en el reporte.