MINNEAPOLIS, MN
Tuvieron que pasar cerca de 90 años antes de que un presidente en funciones de los Estados Unidos realizara una visita oficial a la isla de Cuba. Y desde 1961, la posibilidad se había visto imposible de ocurrir, habida cuenta del distanciamiento político debido a dos proyectos de sociedad que se han considerado antagónicos.
Ayer, el presidente de Estados Unidos llegó a La Habana acompañado de la primera dama Michelle y sus hijas Malia y Sasha, acaso aprovechando que estarán en Spring Break, y con ganas de pasar unos días en las playas de Varadero.
Entre los expertos sobre la historia de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos, poco habrá de esperarse de esta visita, y sin embargo, la cobertura del evento ha sido masiva. Luego de un recorrido vespertino por las calles de la Habana Vieja, y de visitar algunos puntos relevantes en la ciudad, hoy el presidente de Cuba, Raúl Castro, tuvo una recepción oficial a Barack Obama, y ambos se presentaron ante la prensa internacional, luego de sostener una reunión.
La misma había sido originalmente planteada como una reunión privada, pero pronto, y a iniciativa del mismo Castro, se unieron representantes de ambos gobiernos, destacando Miguel Días-Canel, vicepresidente de Cuba, el Canciller cubano Bruno Rodríguez, el secretario de estado de Estados Unidos, John Kerry, y el de Comercio, Penny Pritzker.
En la conferencia de prensa, ambos presidentes establecieron sus posturas respecto a lo que parece ser un proceso de apertura en las relaciones entre ambos países, con Obama apuntando que ve con optimismo el fin del embargo impuesto unilateralmente en contra de la isla. A ello le acompaña la certeza de que, en la perspectiva del mandatario norteamericano, dicha acción será más efectiva que la política impuesta desde hace más de 50 años, en materias como los derechos humanos y el ejercicio de la democracia.
Raúl Castro, por su parte, resaltó que ambos países sostienen distintos puntos de vista respecto a los mismos conceptos, y que eso sin duda es parte del diálogo. Subrayó que dicho diálogo debería desarrollarse con base al respeto mutuo, y con el reconocimiento de las responsabilidades que a ambos corresponden. Destacó que Castro negara que haya presos políticos en la isla, invitando a la prensa a nombrar alguno, y comprometiéndose a que sería liberado de inmediato.
Un encuentro histórico en el que participó la senadora por Minnesota, Amy Klobuchar, quien reiteró en su sitio de Facebook que ha sido una promotora de terminar con el embargo sobre Cuba, sosteniendo que ello es más bien una oportunidad económica para Minnesota y los Estados Unidos.
“Es bueno estar aquí en Cuba. ¡Los cubanos están emocionados con la visita del presidente! Necesitamos pasar mi iniciativa de ley bi-partidista para levantar el embargo… ¡Hagámoslo!” escribió Klobuchar al presentar una entrevista conjunta entre ella y el senador por Arizona, el republicano Jeff Flake.
La visita del presidente Obama incluirá un partido de béisbol en el que se enfrentarán las mantarrayas de Tampa Bay a la selección cubana. Como emulando la llamada política de ping-pong que en su momento empleó Richard Nixon en la restauración de relaciones con China.
Manifestaciones en contra del proceso continúan registrándose tanto en la isla como en los Estados Unidos. Sin embargo, una reciente encuesta de CNN registra que el 70 por ciento de la población estadounidense apoya la finalización del embargo y la apertura comercial y turística a la isla. El caso es también materia de campañas políticas, con distintos niveles de información y conocimiento, pasando de pobrísimas posturas a otras que pueden hasta parecer pro-Castristas a los ojos de críticos desinformados.
En Minnesota seguiremos de cerca el proceso, habida cuenta del creciente interés que ha despertado entre diversos sectores, incluyendo el de negocios y el de intercambio cultural.
#Cuba è pronta alla sua liberazione? Non proprio… #dissidenti #intervista #Castro https://t.co/YY7uLrm3AN pic.twitter.com/B6BeK64dp4
— la nuova BQ (@lanuovaBQ) March 22, 2016
