SAINT PAUL, MN
Un evento, un hecho real, que obliga a un grupo de personas a convivir por un par de días en el aeropuerto, sin poder siquiera pensar en salir a riesgo de perder definitivamente su vuelo, dispara una serie de situaciones novedosas. Emociones, descubrimientos personales, decepciones, esperanzas, fe, solidaridad.
Con sentido humano, una obra que presenta una singularidad humana, desde una perspectiva de comedia, pero que no deja de ser hasta solemne en su tono. Y no por tratarse de una obra de ópera, con la orquesta en vivo y los tenores y sopranos expresando lo mejor de sus capacidades, sino porque al fin de cuentas la comedia es también parte de lo que es ser humanos.
Para muchos de los espectadores, la historia es conocida: quienes se ven forzados a permanecer en la sala del aeropuerto, interactúan con un personaje que se convierte en el centro de interacción entre el resto. Un refugiado que se ve forzado, por falta de documentación, a sentar en el aeropuerto su hogar. Que sufre de la incertidumbre, y que se ve amenazado con ser deportado, a un país al que no pertenece más, sin permitírsele ingresar en definitiva al país que no le acepta. Muchos comentaban La Terminal, película estelarizada por Tom Hanks, y estrenada en el 2004.
En la obra que se presenta en el Ordway, la ambientación, la adaptación, son excepcionales. La dinámica que se proyecta sobre la convivencia de quienes participan en la obra, es intensa, y las canciones, todas ellas interpretadas de forma magnifica, dan a la obra originalmente escrita por Jonathan Dove, una perspectiva singular. Con música del mismo Dove y guion de April de Angelis, y la dirección de David Radamés Toro, las interpretaciones de Cortez Mitchell, Katrinana Galka, Lisa Marie Rogali, Deanne Meek, Chrystal E. Williams, con el resto del elenco, logran una cohesión impactante que fluye inevitable y completamente disfrutable de principio a fin.
La figura de Cortez Mitchell, en el papel de refugiado, adquiere la dimensión que para pocos contra-tenores es posible lograr. Su presencia, en muchas ocasiones oculta, es siempre sentida a través de su voz. Y es esta figura la que permite circunnavegar al resto de los personajes, incluso cuando la obra se centra, al menos momentáneamente, en las historias de cada uno de los otros. Todos teniendo una reacción común en un momento álgido de la obra, y que llega sin duda a las fibras sensibles de muchos entre la audiencia, y que captará la atención de quienes han pasado por la experiencia de ser inmigrantes y como tales vivir la incertidumbre al arribar al aeropuerto.
Una obra de opera que se vuelve enteramente digerible, y que aparece en el momento oportuno. No te la pierdas, pues estará por poco tiempo en el Ordway. Hasta el 2 de febrero. Consulta los horarios. Y acaso puedas después (o antes) de disfrutar de la ópera, pasear en el parque Rice y disfrutar de las esculturas de hielo (ICE) del festival invernal de St. Paul.